A medida que se acerca el 1 de octubre la tensión social va en aumento, fatal consecuencia del pulso por el referéndum convocado por la Generalitat y suspendido por el Tribunal Constitucional que está poniendo a prueba hasta el límite la capacidad de convivencia en Cataluña. El foco está ahora en los centros educativos designados como colegios electorales por la Generalitat. El Tribunal Superior de Justícia de Cataluña asumió la dirección del operativo policial y ordenó el cierre de los centros. El cierre de los colegios genera una gran controversia y colectivos de comunidades educativas han lanzado un llamamiento a impedirlo. Los estudiantes de secundaria y universitarios han convocado huelga a partir de hoy, y por las redes sociales corren como la pólvora llamamientos a ocupar los colegios en cuando acabe la jornada lectiva el viernes. Los posibles encierros de padres y profesores crearían una situación explosiva, partiendo siempre de que no habría menores, cuya presencia sería intolerable. Urge como nunca redoblar el llamamiento a la responsabilidad. Hoy se reúne la reunión de la Junta de Seguridad de Cataluña convocada por Carles Puigdemont. Es el único foro conjunto entre administraciones que queda y tal vez la última oportunidad de imponer sentido común. Es necesario que reduzca la tensión y se proteja la convivencia de la sociedad catalana, amenazada por tanta irresponsabilidad.