Ayer fue el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, promovido por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un día con el que se desea impulsar la necesidad de sensibilizar a la sociedad para abordar la prevención y la intervención inmediata para el cambio social y erradicar muchos mitos o leyendas urbanas que ignoran la realidad de los actos de los suicidas.

El suicidio es la primera causa de muerte no natural en España, sin contar con las tentativas, suicidios frustrados y no consumados, dándose muchos de ellos, y por desgracia, a edades muy tempranas por causas derivadas de casos por acoso escolar, como bullying o ciberbullying; en otras, por la ruptura de una relación no aceptada, trastornos psicológicos, etcétera. La herramienta más importante para paliar estos actos, educar desde la infancia: la resiliencia, enseñar habilidades y estrategias sociales, gestión de las emociones, regular la frustración o el control de impulsos, todo ello aderezado mediante un aprendizaje generoso en valores sociales como, respeto, solidaridad, tolerancia o empatía.

La Asociación del Teléfono de la Esperanza aprovechó este día para divulgar la gran necesidad de ayuda de estas personas que no encuentran salida a sus vidas, salvo el suicidio. Esta Asociación para expuso en el Bulevar de Gran Capitán una mesa informativa sobre la Prevención del suicidio.

Este problema no es individual, sino una problemática de salud y bienestar social. Por lo que lo que se quiso transmitir es que desde este día toca reflexionar, sensibilizar y concienciar a la ciudadanía para entender que estas personas, lo que desean y necesitan en realidad es que la vida les ofrezca nuevas alternativas y opciones para su crisis existencial, pues ya no encuentra sentido alguno para su vida. Esta concienciación debe englobar a toda la sociedad, pues cada año va creciendo, por tanto, padres y madres, educadores, instituciones y por supuesto los medios de comunicación, deben arrimar el hombro para erradicarlo.

Por otro lado hay que eliminar en la sociedad los mitos que existen alrededor de los suicidios, como: el que se quiere matar no lo dice; el que lo dice no lo hace; los que intentan suicidarse no desean morir, solo hacen el alarde; si de verdad se hubiera querido matar, lo hubiera hecho; los medios de comunicación no pueden contribuir a la prevención del suicidio…, etcétera. Estos mitos son leyendas urbanas, pues hay que entender que hay un proceso de ideación detrás de todo suicidio.

El día de la prevención del suicidio fue un día para hablar sin miedo de la palabra suicidio. En nuestras manos está cambiar el rumbo de los trágicos datos estadísticos. Y la sociedad tiene capacidad, medios y herramientas para solventar este problema, utilizándolos adecuadamente se podrá, y estoy seguro de ello, mejorar nuestro bienestar y el de las generaciones venideras.