La publicación en este diario el pasado 23 de julio del artículo Arboleda de Ciudad Jardín por parte del vicepresidente de la Asociación de Vecinos Nueva Ciudad Jardín, Rafael Gutiérrez, resulta cuanto menos patética. Se recrea en el cinismo más ramplón dándonos lecciones de cómo se gestionan los árboles en nuestras calles.

Provoca el sonrojo por no decir vergüenza ajena cuando él mismo reconoce que "el barrio se había convertido en un desfile de árboles desmochados, podridos y desgajados en sus copas; con el consecuente peligro por caída de ramas para los peatones". Si a esta situación tan solo se puede llegar tras años de dejadez, entonces, ¿qué labor ha realizado esta asociación de vecinos en todos estos años?

Mire usted, son unos irresponsables. Planificar no es esperar al arreglo de una calle para actuar sobre ella y arrasar con todo lo que no sean naranjos con el riesgo que supone una sola variedad. Estos días Asaja avisa de la extensión del hongo llamado Mancha Negra y del riesgo de perder 5,2 millones de cítricos agrícolas en la provincia. En Córdoba capital puede haber unos 40.000 naranjos, ¿no es un riesgo tanto monocultivo?. ¿Saben ustedes lo que hacen?

Planificar es en primer lugar tener una visión global y a largo plazo de todas las calles del barrio. Planificar es buscar espacios para plantar árboles de mayor porte como por ejemplo en la calle la Previsión a la altura del Colegio Público Ciudad Jardín. Planificar es luchar por no edificar más, ganar espacios vacíos para plantar más árboles, con copas que proporcionen mayores sombras y por tanto mayor limpieza del aire.

Y por último, planificar es saber asumir las responsabilidades y no echárselas a los que hacen informes para salvar los árboles y así como saber callar la boca a tiempo sin decir impertinencias.

Francisco J. Gamero (ingeniero agrónomo)

Manuel Huertos Rodríguez (miembro de la

A.VV. Nueva Ciudad Jardín)

Córdoba