En Córdoba, cuando decimos «esto es un pego» estamos aludiendo normalmente a «Tontería, perogrullada. Cosa sin importancia: Anda, nene, déhate de pegoh, o llevé er coche ar tallé y resurta que lo que tenía era un pego», con las variantes «pegote» y «pegolete», entre otras. Así lo recoge el Diccionario del habla cordobesa publicado en el 2011 por el profesor y escritor Alberto Díaz--Villaseñor. Sin embargo, para la RAE, la primera acepción está muy alejada de nuestro concepto: «Pego: fullería que consiste en pegar disimuladamente dos naipes para que salgan como uno solo, cuando le convenga al tramposo». Vamos, que no coincidimos.