Muchos son los que preguntan por qué, ante el proceso de primarias que atraviesa el PSOE, yo apoyo a Pedro Sánchez, y es obligado reconocer el ejercicio de democracia interna que estamos haciendo. Y no pretendo reiterar lo acontecido en el Comité Federal de octubre, como culminación de una fase previa de despropósitos, donde el primer Secretario General que había sido elegido por la militancia fue forzado a dimitir. Como militantes hemos sido muchos los que lo hemos sufrido como una afrenta que precisa de reparación, sin que sea ello lo que en exclusividad decanta el apoyo a la candidatura de Pedro, ante todo somos socialistas y nuestras exigencias son de mayor envergadura.

La coherencia en la forma de proceder, desde el primer momento, cumpliendo en una primera instancia con los acuerdos de un Comité Federal que le era adverso, y con posterioridad con la palabra dada en campaña y el mandato de los votantes socialistas es uno de los ejes fundamentales de este apoyo, pero no el único, honestidad, credibilidad e iniciativa también se le unen. Saint-Éxupery decía que «la persona se descubre cuando se mide con un obstáculo», así descubrí yo a Pedro Sánchez, un político libre con el precio que eso conlleva y que ha sorteado demasiados obstáculos y ha sabido transformar la rabia de los militantes cuando vimos cómo se regalaba el Gobierno a la derecha, y convertirlo en ilusión por un proyecto colectivo haciendo partícipes a todos y todas.

En política no sirve con decir que se es socialdemócrata, hay que demostrarlo, y los ciudadanos han visto cómo nos hemos ido alejando, incluso supeditando nuestros principios para mantener gobiernos consiguiendo que los ciudadanos no nos reconocieran. Por ello la solución es dirigirnos a una nueva socialdemocracia en la que hagamos lo que decimos. Einstein dijo: «Se requieren nuevas formas de pensar para resolver los problemas creados por las viejas formas de pensar», y en estos tiempos difíciles para la socialdemocracia, el Partido Socialista es más necesario que nunca, ya que es el que debe definir la izquierda en nuestro país. Podría exponer muchas razones por las que votaré a Pedro Sánchez, y entre ellas nunca está la personal. Apoyo un proyecto solvente, que se reconcilie con sus militantes y les dé el valor que se merecen consultando las decisiones transcendentales que vayan surgiendo, un proyecto autónomo que se sitúe en la izquierda real, que dé respuesta a los más débiles, y sobre todo un partido democrático, abierto a los militantes, en el que las casas del pueblo se abran. En el que quepamos todos y todas, en el que se debata, se forme en política y sobre todo leal a lo que el día 21 decidamos los militantes.

Avalé y votaré a Pedro porque creo que es la mejor opción para afrontar un siglo XXI difícil para la socialdemocracia europea y solo será posible desde los valores de la izquierda. Por ello pido a todos los militantes que el domingo no miren al pasado, sino hacia el futuro, porque «mirar atrás puede convertirnos en sal».

* Grupo de apoyo a Pedro Sánchez