El pasado viernes se presentó en el salón de plenos de la Diputación Provincial, el libro Patios y cancelas, de Rafael Romero del Rosal, toda una sinfonía de luz y de color, páginas que rezuman el aroma del arte de la acuarela, bellísimas postales de esa riqueza ornamental de Córdoba que se muestra en primavera al mundo entero. ‘Patios, cancelas y corazón’, podíamos decir como síntesis de su obra, de sus cuadros, en los que plasma no solo el paisaje, con fidelidad y encanto, sino los latidos que envuelven ese paisaje, derramados en su visión personal y poética de la realidad, en la viveza de los colores, en los diferentes encuadres que escoge para presentar nuestros patios, vistos y contemplados desde sus mejores ángulos, presentados a los visitantes de sus exposiciones y a los lectores de esta obra, con la especial viveza de quien ama a su ciudad. Esta es una de las claves del artista: su amor a Córdoba, a su patrimonio histórico-artístico, a sus calles y plazas, a sus patios, rejas y balcones, a su colorido y encanto, a su magia embriagadora que tanto admiran nuestros visitantes. Romero del Rosal sabe perfectamente que Córdoba es una ciudad que necesita que la ‘adivinen’, para descubrir su alma, convertida en antorcha de cultura, y a la par, en horizonte de grandeza. Cada generación ha dejado su impronta, su saber, su ciencia y su conciencia, en obras de arte y en artistas que han hecho del arte obras imperecederas. En este libro podemos contemplar los patios cordobeses como lugares ideales para el encuentro amable, el descanso plácido, el diálogo sereno o el silencio aromatizado por las flores, encumbrado a las alturas por la belleza de un entorno artísticamente humanizado: la cal, el pozo, la maceta, el rumor de la pequeña fuente, que se hace manantial de vida. Y podemos contemplar también la colección de cancelas que aúnan admirablemente el saludo, por una parte, y por otra, la invitación para entrar en el recinto. Las cancelas no están para cerrar el paso sino para propiciar la entrada. Una cancela entreabierta es todo un poema de amistad, de concordia, de llamada a la convivencia. Las acuarelas de Romero del Rosal son transparentes. Evocan los paisajes con aire de ensueño, retratan la realidad, sublimándola, y se desprende de ellas, como suave brisa, la paz serena, la admiración por lo que ha sabido elegir como “paisaje predilecto”, para que los visitantes de sus exposiciones, y en este libro, los lectores, descubran la belleza lírica de los patios, el arte en la forja de las cancelas, tantos simbolismos como el artista quiere plasmar en sus cuadros, que nos invitan a descubrir la Córdoba rica en humanidad, abierta al encuentro, esperanzada siempre en el futuro. Hemos de destacar en la obra de Romero del Rosal, el color de sus acuarelas, elegido con primor, no solo para el contraste sino para que ‘despierte’ a los dormidos, para que ‘avive’ el entusiasmo de cuantos no han descubierto todavía tanta belleza y riqueza de Córdoba. ¡Enhorabuena, Rafael!.

* Sacerdote y periodista