Esta primavera, desde el 19 al 22 de abril, se celebrará en Córdoba el Congreso nacional de Parques y Jardines Públicos. Ya hace unos ocho años el ‘Parjarp’ tuvo su sede en la ciudad califal y los asistentes se mostraron encantados de nuestra ciudad y sus zonas verdes; y es que es posible que la ciudadanía cordobesa no sea consciente del nivel de la jardinería de Córdoba y, como ocurre a veces, deba ser gente venida de fuera quien les «abra los ojos» a esa realidad.

Mucho tiene que ver en esto el grado de profesionalidad adquirido a través de los años por una plantilla ejemplar en todos los aspectos, así como el grado de mecanización y modernización del servivio municipal de Parques y Jardines, desarrollado por los gobiernos de la izquierda de Córdoba (PCE e IU). Pero ese esfuerzo no es suficiente, pues las leyes del gobierno central del PP año tras años prohíben (así, con todas sus letras) que se cree empleo público, lo que ha ido empequeñecido el servicio en detrimento de las empresas privadas y la calidad de la jardinería. Así, nos encontramos con que el número de metros cuadrados de jardines y parques que mantiene la empresa Thaler y dentro de poco tiempo la nueva contrata Clece, ambas del grupo empresarial del inefable y omnipresente Florentino Perez, exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Madrid y más famoso aún por desarrollar su labor en el mundo del fútbol, es de casi un millon doscientos mil y le cuesta al contribuyente cordobés más de dos millones seiscientos mil euros, eso sí, con unos malpagados 75 trabajadores de media, mientras los más de dos millones cuatro cientos mil metros mantenidos por los aproximadamente 90 empleados públicos cuestan una cantidad similar y además mantienen los más de 60.000 arboles de la ciudad, el vivero municipal, talleres auxiliares y equipo recorta césped. Todo esto delata un claro ejemplo de cómo la política se pone al servicio de los intereses empresariales, olvidándose esos políticos a quién debieran servir de verdad, que no es otra que a la ciudadania cordobesa.

Es evidente que para que haya ganancia debe haber una cesión por algun lado. Se hicieron recientes estudios donde se demostraba que la jardinería mantenida desde el servicio público era más rentable, pero como se limitaron desde 2011 las ofertas de empleo público a los ayuntamientos no han tenido más remedio que acudir a concesionarios privados estos trabajos, donde el «trabajo basura» y una menor profesionalidad y estabilidad son sus características esenciales, para que el empresario privado siga haciendo negocio con nuestro dinero. Los gestores municipales actuales hacen algunos esfuerzos para que no sea así, pero tampoco se puede decir que tengan mucho acierto, voluntad y quizás un desconocimiento que desconcierta, viéndose desbordados e incapaces de revertir esta situación.

Con este panorama, es normal que los empleados públicos municipales --al menos los más conscientes y menos acomodados-- planteen una serie de movilizaciones y acciones informativas tendentes a concienciar a la población de lo que está ocurriendo en la funcion pública en general y en concreto en servicios como este. Porque, como está pasando en tantos ámbitos en los últimos años, lo que se «juega» no es sólo lo que tenga que ver con el presente, sino con el futuro, y todo por culpa del modelo de sociedad que desde Europa nos están diseñando desde hace ya unos años. Un modelo que solo mira por los intereses de unos pocos y no por lo que le conviene a la mayoría de la población.

De seguir así, en pocos años asistiremos a la defunción definitiva de un servicio ejemplar, que desde hace decadas ha sido un ejemplo a seguir por muchos ayuntamientos españoles, como lo es también la limpieza viaria, la recogida y tratamiento de residuos o el ciclo integral del agua... el del servicio minicipal de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Córdoba.

* Diplomado en CC del Trabajo