La pregunta tiene fácil respuesta. Para todos, dirán al responder y así debería ser pero, como se suele decir, "del dicho al hecho va mucho trecho" y aquí se cumple, pues hay ciudadanos que están por encima del bien y del mal y las normas por las que se rigen son las suyas propias.

Esto sucede más de lo que usted o yo, que sí las cumplimos, pensamos. Intolerable es cuando lo hace cualquier persona civil, quiero decir sin vinculación alguna a un organismo, o a un uniforme, precisamente de los que deben hacer cumplir la Ley. He aquí el problema y lo lamentable de la cuestión, porque entonces no es solo saltarse a la torera las reglas del juego (las normas, las leyes...), sino que se puede considerar, además, un abuso de poder, de autoridad...

Ello viene al caso de un vecino concreto, de una vivienda concreta en la zona del Arroyo del Moro, para ser más exactos en la calle Atlántico, que ha decidido, haciendo un uso indebido de su autoridad, de su uniforme, saltarse las normas de criterio establecidas por Sadeco y, actuando a su libre albedrío, decide mover los cinco contenedores que dicha Empresa Municipal, con un criterio de lógica, tiene colocados en un lugar que dista unos cuarenta metros de los balcones y sirven para almacenar la basura de unas cien viviendas, para ponerlos donde él ni siquiera los ve, quedando estos "literalmente debajo" de las cocinas y comedores de otro edificio que apenas sí tiene seis vecinos.

Cabe pensar que tal vez sea porque le quitan aparcamiento en su propia puerta ya que, a la distancia que están, es imposible que puedan ocasionarle otros trastornos.

Tras las protestas vecinales a Sadeco, ésta decide, con aplastante lógica, ponerlos de nuevo en su lugar y este vecino vuelve a sus andadas y los cambia de nuevo, obviando, por prepotencia que no por desconocimiento, que se trata de un servicio público que establece unas normas de obligado cumplimiento por los ciudadanos. Además cuando creemos que algo no está bien hecho por parte de un organismo público, existen vías legales para protestar, después nos darán o no la razón.

Yo pregunto, ¿no tiene Sadeco otra forma de hacer cumplir sus normas por vía administrativa que no sea pelotear con tan indeseable ciudadano? Además estos trabajadores, a los que pagamos con nuestros impuestos, tienen otro trabajo de servicio público que realizar, que no perder el tiempo en mover, una y otra vez, los contenedores que un tozudo y prepotente ciudadano cambia porque le da la gana.

Aquí no se hacen las cosas como cada uno quiere o porque le conviene. Esto es un Estado de Derecho, no una anarquía, aquí hay leyes, hay normas y debemos cumplirlas, de lo contrario, que actúen en consecuencia los órganos competentes.

Ahora solo se espera que este problema, que sí lo es para los pocos vecinos que deben sufrir los insoportables olores debajo de sus cocinas y comedores, al punto de no poder abrir las ventanas, se resuelva sin necesidad de tener que actuar por otras vías que serían más desagradables y costosas y, en este caso, tal vez al susodicho ciudadano le pudiesen costar un disgusto mayor, precisamente por su profesión.

* Periodista