Hace pocos años, con motivo de nombrarme la Cofradía del Vino de Baena embajador de sus vinos, propuse a los presentes la creación del Pago de Baena dentro de la denominación de origen controlada Montilla-Moriles. Viene esto a cuento porque me comenta la nueva embajadora, Concha Torrecilla, que mi querido amigo Francisco Expósito habló de esta propuesta en su magnífico pregón de la Fiesta de la Vendimia baenense. Con los datos que manejo vuelvo a la idea de singularizar estos terrenos de albarizas, que desde hace siglos vienen produciendo vinos finos de gran calidad y, sobre todo, fácilmente distinguibles de los criados en otras localidades de la denominación de origen cordobesa. Se unen todos los factores para poder aspirar a esta mención especial. Tradición milenaria, poca superficie de viñedo, pequeñas parcelas primorosamente cultivadas por sus propietarios, cepas viejas y unas condiciones medioambientales que permiten que la uva Pedro Ximénez alcance la mejor maduración y que, al mismo tiempo, el velo de flor de las criaderas de fino no sufra en exceso los rigores del verano. Los resultados de esa sinergia de suelo, clima y variedad, que los franceses denominan terroir desde finales del siglo XIX, están ahí: los finos Cancionero y Baena, en general los vinos de la cooperativa, son reiteradamente premiados en diversos concursos nacionales e internacionales y demandados por los consumidores.Vuelvo a la propuesta. La tramitación no ha de ser compleja y en otras denominaciones ya se han aprobado.

Y hablando de pregones, decía Menéndez Pidal que al vino había que dedicarle mucha literatura. Felicito a Ezequiel Martínez por su novedoso y excelente pregón en otra fiesta de la vendimia de la zona, que tres hay. Ezequiel, desde 1992 en que comenzó a emitirse el programa Tierra y Mar, fue fiel cronista de todo lo que ocurría en el Marco.

* Presidente del Aula del Vino