La muerte a cuchilladas de una mujer y de su hijo de 12 años en Alcobendas a manos del hombre que convivivía con ellos tiene todas las trazas de ser un nuevo caso de violencia machista. Los primeros meses de año están resultando aciagos para la vida y la libertad de las mujeres: son ya 22 las asesinadas, lo que va tejiendo una estadística mortal socialmente insoportable. Pero el fenómeno del machismo criminal está adquiriendo nuevos y más dramáticos tintes con el cada vez mayor número de muertes de los hijos de la mujer que se encuentran en el escenario del crimen y cuya vida es arrebatada sin consideración alguna junto a la de su madre. Con el de Alcobendas son ya cuatro los menores asesinados en el 2017. Esta es la cifra que se dio durante todo el 2014 y el 2015. En el 2016, solo hubo una muerte en estas circunstancias. Hasta ahora, lo usual era que el agresor asesinara a la mujer y que dejara con vida, aunque traumatizadas para siempre, a las criaturas.La lucha contra el terrorismo machista no admite más retórica. Además de recursos económicos y estrategias en el campo educativo, policial y judicial, resultan necesarias actuaciones inmediatas. Es en este sentido imprescindible la aceleración del pacto de Estado contra la violencia de género. Urge abreviar trámites y sacarlo adelante cuanto antes para poder luchar con las mejores armas contra una lacra social que nos debe avergonzar a todos.