La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y la portavoz de Podemos en el Parlamento andaluz, Teresa Rodríguez, reeditaron ayer uno de sus sonoros encontronazos a cuenta de varios asuntos, entre ellos la Fundación Guadalquivir Futuro, la entidad cordobesa actualmente pendiente de juicio --y con una condena firme ya sobre las espaldas de sus dirigentes-- por supuestas actuaciones irregulares. Díaz y Rodríguez reprodujeron un esquema habitual en las sesiones de control: la líder de Podemos reprocha a la socialista que no combata la corrupción en Andalucía y esta la acusa a su vez de ventajista y de faltar a la verdad. Poco se adelanta en el esclarecimiento de los problemas con unos discursos en los que los datos objetivos brillan por su ausencia, perdidos en la visceralidad de los reproches. En el caso de la Fundación Guadalquivir, en el que una primera condena refuerza las sospechas sobre un uso inadecuado de las ayudas a esta ONG antaño apoyada por instituciones públicas y privadas, el juez dirimirá, y la Junta se ha personado en la causa. Pero, aun respetando los tiempos judiciales, las instituciones deben pronunciarse sobre las prácticas sospechosas, y tomar decisiones, quizá la retirada de subvenciones sobre la que preguntó Podemos. Como hemos señalado en otras ocasiones, hay que investigar estos casos en los que se ha podido abusar de las ayudas públicas, y adoptar medidas para evitar que se repitan.