Orgullo natural, orgullo fauno. Orgullo que se eleva y que se encrespa como una visión propia de un lugar en la tierra. Y la misma pregunta: ¿por qué no un Día del Orgullo Heterosexual? Pues porque no hace falta. Lo explica bien LucasFauno en el portal BuzzFeed. Porque en ningún país te matan por ser hetero, como sucede en el Estado Islámico con esos homosexuales arrojados al vacío. Ni te prohíben casarte, adoptar o reconocer hijos y otros derechos conyugales por ser heterosexual. Porque tu familia no te echa de casa si descubre que eres heterosexual. Porque la heterosexualidad no encabeza la lista de crímenes de odio, ni ninguna ley prohíbe la «propaganda heterosexual», como sucede en Rusia y en otros países. Porque ninguna religión condena la heterosexualidad, ni hay grupos extremistas que se dediquen a cazar a heterosexuales. Porque nadie inventa terapias para curar la heterosexualidad, como sí sufrió el genio Alan Turing: padre de la informática moderna, contribuyó a la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial creando la máquina Enigma, que descodificaba los mensajes secretos de los nazis; pero en 1952 fue condenado a la castración química por ser homosexual, y dos años después se suicidó. Porque nadie te grita «heterosexual» para ofenderte, ni existe como insulto. Nadie se suicida por el rechazo familiar por ser hetero, y tampoco existe el bullying heterosexual. Nadie es despedido por ser heterosexual, y nadie necesita disimular ser heterosexual con su pareja, paseando por la calle, por miedo a ser atacados. Tampoco nadie debe exiliarse de su país por temor a que le maten por ser heterosexual. En España, tierra de derechos ganados, cierta discriminación aún persiste. En la mayoría de los países es mucho peor. No son pocas las razones que hacen imprescindible, todavía, el Día del Orgullo Gay. No nace de la necesidad de celebrar el ser homosexual, que también, sino del derecho a vivir sin ser perseguidos, en tranquila igualdad.

* Escritor