Setenta y cinco años se cumplieron del bombardeo de Guernika por la aviación alemana de la Legión Cóndor en la guerra civil española. El cuadro de Picasso sobre tal episodio será el testigo permanente de la Historia del desguace hasta las cloacas más profundas de la España cainita que heredamos los que nacimos después de aquella guerra. No me hartaré jamás de repetir, mientras siga escribiendo, que en las culpas de aquel enorme fratricidio entre españoles influyeron no sólo la economia y la desigualdad social sino las creencias y las no creencias de la religión y la política. Hay, sin embargo, en el detalle del bombardeo de Guernika una metáfora histórica heredada de aquella Alemania de Hitler que intervino en la confrontación española colaborando con el fascismo rebelde. Curiosamente, la situación social de las clases económicamente débiles es parecida, salvando las distancias, de la de aquellos años de la Segunda República que llevaron a la guerra civil. Con todo lo que sé sobre los antecedentes y consecuentes de aquella guerra de nuestros padres y abuelos, que es mucho, la lectura de El holocausto español de Paul Preston me ha iluminado bastantes zonas oscuras. Es cierto que la Historia suele repetirse por lo poco que cambia a lo largo de la misma la condición humana. Desde que pasamos de la economía del intercambio al capitalismo moderno, la avaricia desmesurada de los filósofos de la codicia ha causado tantos desastres a la economía de los pobres como revoluciones y acciones desesperadas para evitar la eterna humillación que ejercen la clases económicamente dominantes sobre los que nada tienen y más necesitan. La crisis global, que no sólo europea, ha soltado los perros de la depredación capitalista sobre el Estado de bienestar de Europa, tan mal gestionado por los mercaderes en su propio beneficio. Los que crearon, con sus diversas manipulaciones económicas, este desastre, ahora son incapaces de solucionarlo. En el parlamento europeo tienen mayoría desde hace muchas legislaturas las ideas neoliberales. Son las únicas ideas que han creado y mal gestionado la crisis. Crisis que cogió de sorpresa a algún gobierno socialdemócrata como lo fue en España el de Rodríguez Zapatero con sus argumentos liberales de la tercera vía. Dicho gobierno fue ajusticiado electoralmente en las pasadas elecciones españolas, aunque su herencia, como argumento político, será utilizada cada vez que le convenga por el actual gobierno para cubrir las vergüenzas de su incapacidad, como ya se está demostrando. Como nadie parece ser consciente de la incapacidad de las derechas europeas y sus tecnócratas para resolver la crisis actual, hay que enfocar el problema en el imperativo de las culpas de esa incapacidad. Alemania, la que nos envió a la Legión Cóndor para bombardear Guernika el 26 de abril de 1937, ahora nos está bombardeando con desastrosas exigencias para cubrir el entelequial objetivo del llamado "déficit cero". La señora Merkel no sabe lo que hace. En realidad nadie de la derecha que gobierna en Europa sabe qué hacer con los cadáveres de unas economías que ellos defienden sólo con argumentos de casta dominante sobre la débil economía de las clases sociales deficitarias. En ese nuevo bombardeo de Guernika están cayendo una a una todas las políticas de igualdad con las que la izquierda europea ha contribuido al desarrollo de la comunidad continental. Pero ellos siguen erre que erre practicando políticas que llaman de ajuste sobre el tejido social sin tocar a los causantes del estropicio, la Banca y los mercados financieros. Ese parlamento europeo de pensamiento único y absoluto dominio neoliberal es el que prepara día a día la estrategia del nuevo bombardeo de Guernika gobernando a ciegas y permitiendo que economistas palurdos como Montoro se crean sus propias mentiras.

* Poeta