Tenemos en Córdoba, en el Palacio de Viana, cuatro tapices con el nombre de Las Nuevas Indias. Son escenas del Nuevo Mundo, su flora, su fauna y aspectos de su vida. Son tapices franceses de la fábrica Gobelinos, tejidos a comienzos del siglo XVIII. Pertenecen a la primera serie. Tejieron siete series más. Algunos de los tapices se encuentran en lugares tan dispersos como Hungría, Inglaterra y Rusia. Las obras de arte, como los libros, tienen destinos impredecibles. El destino de los tapices del Palacio de Viana y todo su contenido es una historia conocida. Córdoba entró de pleno en ella. Todo está aquí, tapices incluidos, porque el pueblo cordobés y sus líderes han querido que estuviera, ni más ni menos. Al contemplar Las Nuevas Indias entendemos que estamos viendo escenas a través del ojo del artista, a través del asombro de los marineros que creían haber alcanzado las Indias. Todo lo que vieron era diferente de lo acostumbrado y también diferente de lo esperado según las descripciones de Marco Polo y los que le siguieron hacia el Este. Veían costas, ríos, bosques, animales y pájaros, todos grandes. Los colores, olores, la floración, el verdor, la explosiva fuerza de la naturaleza eran nuevos para ellos.

Nick Carraway, el inolvidable personaje de El Gran Gatsby, evocaba «el asombro y el miedo del Nuevo Mundo». Pienso que en la oscuridad de la noche miraban al firmamento tan familiar y saludaban a las estrellas como si fueran viejos amigos. Colón y sus 120 marineros buscaban una nueva ruta hacia las tierras de las especias. No la encontraron, pero hicieron historia con lo que sí encontraron, el Nuevo Mundo. El 12 de octubre es una buena fecha para recordarnos la conveniencia de acercarnos al Palacio de Viana y contemplar esos tapices llamados Las Nuevas Indias. Son un valioso patrimonio cordobés.

<b>María Jiménez</b>

Córdoba