Creíamos que la política era la ciencia que trata del gobierno de los asuntos que afectan a la sociedad en su conjunto. Una labor bien seria y muy compleja. Pero de un tiempo acá, la política está derivando al ejercicio espúreo de la destrucción de valores loables del político, tales como programa, responsabilidad, diálogo, primar los intereses generales a los particulares y sobre todo, respeto.

Nos sorprende en Palma del Río como el Satse denuncia el abandono del centro de salud y duda de la idoneidad de un hospital en esta ciudad. Existen hospitales comarcales en Montilla, Cabra, Puente Genil, Pozozoblanco y Peñarroya. ¿Por qué no en Palma del Río? Después de tantos años demandando este centro hospitalario para toda una comarca, después de su ralentización por culpa de la crisis, después de alcanzar un consenso social, político e institucional, llegan mensajes confusos o interesados para que la Junta paralice este proyecto.

Se están alimentando dudas innecesarias, que el tiempo nos permitirá aclarar. Palma se encuentra a medio camino entre Córdoba y Sevilla. Y eso lo conocen muchos profesionales que se desplazan diariamente en ambas direcciones. Lo sabemos y lo hemos sufrido en la sanidad, en la educación, en la administración y otros sectores. Pero en el campo sanitario hace tiempo que se dislumbró la posibilidad de tener hospital, financiado por los fondos Feder y la Junta, mas la implicación necesaria de la corporación municipal y la sociedad palmeña, es decir, los intereses generales frente a los particulares. Este nuevo estilo político populista de reventar la gestión soterradamente, con mecanismos asambleístas aparentemente más legítimos que la voluntad ciudadana expresada en las urnas, busca otras historias. Volvemos a los eufemismos, a jugar con las palabras y las fotos, con las redes sociales y la pretensión de cargarse la representación democrática por el ruido. Miedo dan esos movimientos donde se apela al Estado, solo falta un jefe omnipresente, y no a la sociedad libre, democrática y parlamentaria. ¿Donde quemaron el parlamento o lo han anulado?

* Historiador y periodista