Colonos, así se siguen llamando a sí mismos 250 años después los habitantes de algunos de los pueblos que, desde Despeñaperros hasta Sevilla, nacieron del Fuero promulgado el 5 de julio de 1767 por un monarca que intentó introducir en España los ideales de la Ilustración. Carlos III otorgó un estatuto propio a esos 16 municipios y sus aldeas, los pueblos más jóvenes de Andalucía. Las Nuevas Poblaciones se formaron con colonos, en su mayoría alemanes y franco-suizos, que recibieron lotes de tierra y animales con el reto de repoblar el territorio y generar una nueva economía. Hoy perviven sus descendientes en poblaciones cordobesas como La Carlota, Fuente Palmera, Fuente Carreteros, San Sebastián de los Ballesteros y Ochavillo del Río, que, junto con otras que nacieron del mismo «experimento» económico y social, conservan rasgos culturales y tradiciones propias, fruto de la síntesis de aquellos extranjeros y de la Andalucía que los acogió. Ayer celebraron en La Carolina el acto institucional del 250 aniversario, que se celebrará a lo largo de los próximos doce meses. Una oportunidad para conocer mejor el legado histórico de las Nuevas Poblaciones y a estos municipios, muchos de los cuales siguen llevando el sello de la valentía emprendedora de su origen.