Recientemente el autor ha impartido, invitado por el Foro Synthesis, una charla de divulgación titulada "De las maravillas del nanomundo a la nanotecnología", cuyo contenido resumido pretende compartir en este artículo con los lectores de este Diario CORDOBA. La Nanotecnología es ya una tecnología rompedora y revolucionaria con un impacto económico y social similar al que tuvieron la máquina de vapor (siglos XVIII--XIX), la electricidad (siglo XX) y, recientemente, la informática (siglos XX--XXI) en la historia reciente de la Humanidad, como fue la rueda en épocas pre-históricas.

El motor básico de este artículo ha sido resaltar que la sociedad tiene un doble derecho respecto a la misma. En primer lugar, conocer sus orígenes, sus logros, sus potencialidades y sus debilidades y, en segundo, ser la principal beneficiaria de sus aportaciones. Por soñar, que no quede.

El origen natural de la Nanotecnología es innegable. El fascinante binomio Naturaleza--Nanotecnología tiene dos connotaciones concatenadas. En primer lugar, desde hace millones de años en la naturaleza existen una multitud de entidades y procesos que funcionan en la escala nanométrica (ej. nanosensores naturales como el olfato de los perros, bacterias que sintetizan nanopartículas en su interior, flagelos pluricelulares que funcionan con nanomotores con engranajes, rotores etcétera, superficies repelentes al agua y otros líquidos, etcétera). En segundo lugar, estos también han sido modelos para desarrollos nanotecnológicos artificiales, tales como nanopegamentos inspirados en lagartos, nanohologramas de seguridad basados en la estructura de alas de mariposa Morpho, nanorecubrimientos para barcos y aviones inspirados en la piel de tiburones, etcétera. Tanto Leonardo da Vinci como Albert Einstein indicaron reiteradamente que la naturaleza es una fuente inagotable de inspiración (Biomimética); así se cumple plenamente en la Nanotecnología.

La Nanotecnología fue usada en siglos pasados por el hombre sin saber que se trataba de una nueva y revolucionaria tecnología. Son ejemplos significativos las increíbles vidrieras coloreadas con nanopartículas de oro de las catedrales góticas, las espadas de Damasco, cuyo acero estaba reforzado por nanotubos de carbono por su peculiar fabricación, el increíblemente bien conservado color azul de los objetos arqueológicos de origen Maya, debido a que el colorante se incrustaba en nanocavidades de filosilicatos que lo han preservado de los agentes atmosféricos durante siglos, etcétera.

En el siglo XXI ha "explotado" la Nanotecnología. Buena muestra de ello es el crecimiento casi lineal de los millones de euros de los negocios relacionados y el número de objetos de base nanotecnológica que aparecen en el mercado. En el ámbito científico (Nanociencia) también han crecido casi linealmente en los últimos quince años, tanto en el número de artículos publicados como en el número de nuevas revistas científicas con la inclusión de la palabra mágica "nano" en sus títulos.

La Nanotecnología tiene un carácter trasversal y tiene impacto en multitud de áreas, tales como: (Nano)medicina, Alimentación, TICs, Energía, Agricultura, Construcción Arte, Deporte, Hogar, Sexo, Medio Ambiente, etcétera. Dentro de una o dos décadas se usará esta nueva tecnología sin bombo ni platillo. Así ha sucedido vertiginosamente en las dos décadas pasadas con la Informática, que se ha hecho imprescindible en la actualidad.

Los valores añadidos que aporta la Nanotecnología son espectaculares y justifican su impacto. Algunos de los mismos son: 1) Materiales más resistentes, pero más ligeros, flexibles y duraderos; 2) Energía más eficiente, sostenible y barata; 3) Medicina más eficiente en tres campos, como el nanodiagnóstico, la nanoterapia (ej. bacteriorobots) y la nanoregeneración tisular; 4) Incremento espectacular de la productividad agrícola; 5) Alimentos más sanos (menos sal y grasa), pero conservando el sabor y la textura; 6) incremento notable de la capacidad de sensar; 7) Mejoras impensables en los materiales de construcción; etcétera.

Una de las limitaciones de la Nanotecnología es que todavía no se ha clarificado del todo la nanotoxicidad, lo que implica la coexistencia en la actualidad de nanoescépticos y nanoentusiastas. Otra limitación se centra en que el impacto nanotecnológico sea solo patrimonio de las multinacionales y gobiernos y, así, que la sociedad no se beneficie por intereses poco confesables. La responsabilidad social de los científicos, tecnólogos, consejos de administración, etcétera, debe implicar: rendición de cuentas, trasparencia, comportamiento ético, consideración sistemática de los intereses de todas las partes involucradas, así como el respeto a los derechos humanos y la legalidad vigente.

La Nanotecnología cambiará a la Humanidad en pocos años. Espero que los beneficios sean universalmente compartidos y los potenciales daños muy bien conocidos y controlados.

* Universidad de Córdoba