El mundo no es el mismo de antes. Desde 1989 asistimos al periodo de menos conciencia social de la historia del hombre. Antes de esa fecha, o sea, de chicos, esto era otra cosa. Yo recuerdo algo tan popular como la Coca Cola y también sus botellas, que la más grande era de un litro y aun así se destinaba a familias numerosas (¿quién no se acuerda de su compañero de EGB que tenía ocho o nueve hermanos?). Cuando salió la Cola Cola de litro y medio, fue un bombazo que nadie esperaba porque nadie la parecía necesitar. Los tresillos de los hogares eran bonitos pero justitos y no la ola humana que significan hoy para que se siente alguien de higo a breva. Hasta las manillas de las puertas eran más pequeñas. Los platos para comer, que eran de cristal trasparente, eran suficientes para llevar los guisos de cuchara y sin embargo hoy las vajillas están formadas por platos enormes y vacíos porque la gente come fuera. En general las personas y en especial los hombres eran fibrosos y no por el hambre sino porque no existía la comida basura. Antaño los coches más modernos tenían un espacio normalito, justito y sin pasarse. Aun así, yo flipaba con el Seat 1500 que tenía fama de espacioso. Pues examínenlo ahora y compárenlo con cualquier utilitario y comprobarán que el 1500 no era tan grande. Hoy sí que son grandes los coches que parecen casas móviles. Pero este agrandamiento no es fruto del análisis de lo práctico sino por puro egoísmo capitalista. Y no hace falta pensar mucho para llegar a dicha conclusión porque hoy las familias son de escasos miembros. Hoy todo debería ser más pequeño por pura operatividad y sin embargo es cinco veces más grande. No es que antes fuéramos austeros e incompletos como en Rusia, simplemente es que nada nos sobraba porque todo tenía valor suficiente para no desecharlo. La conciencia madurada en la posguerra civil española nos enseñó a no frivolizar con la necesidad. Pero desde el 89 nos han malcriado a nuestros hijos a los que nada les parece suficiente, aunque no se use. ¿Creen que si tuviésemos la ética social de la posguerra civil estaríamos en crisis?Al caer el mundo comunista, que fue un bello intento con un pésimo resultado, el capitalismo, que andaba más o menos vigilado por su rival, comenzó a crecer incontroladamente, a sus anchas: sin límites cuantitativos ni principios cualitativos. Reagan dijo que la Unión Soviética era el imperio del mal. Más bien el imperio del mal era la Unión Soviética. Muerta esta, el mal sigue y busca otro cuerpo donde anidar. Hoy el capitalismo es el mismísimo Diablo.

* Abogado