Aunque ya ha pasado una semana desde el Día Internacional de la Mujer, son muchos los actos que pública e institucionalmente nos siguen recordando porqué ese día debe seguir existiendo en el calendario... ¿ Que porqué no hay un día internacional del hombre? Muy sencillo, porque ellos nunca tuvieron que luchar para poder votar, vender, tener la libre disposición de sus bienes, o de su sexo, heredar aunque fueran casquivanos, tener la guarda y custodia de sus hijos en el matrimonio y, en fin, ser libres desde su nacimiento hasta su muerte. En España hasta hace muy poco, por extraño que parezca, las mujeres no teníamos plena capacidad jurídica y de obrar y mi madre, que aún vive y es una rosa fragante, vivió en clara inferioridad de derechos con mi padre pues no fue sino hasta 1978 que en palabras del profesor Lacruz Berdejo se otorgó la carta de defunción a la tradicional superioridad del marido en el matrimonio, declarando el art. 32 de la Constitución que teníamos derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica. Y qué decir de mi abuela, mujer aguerrida y máxima que, viuda a los treinta y pocos años, embarazada y con otros tres hijos menores, aunque poseedora de bienes que le hubieran ofrecido total independencia, tuvo que volver a la tutela paterna hasta para respirar.

En otros países de Europa como la vecina Francia o la avanzada Alemania no crean que fue muy diferente pues, por ejemplo, la supresión definitiva de la incapacidad de la mujer casada no lo fue mucho antes que en nuestra piel de toro.

Pero es que aún hoy existen países en los que las mujeres son tratadas peor y con menos derechos que nuestras mascotas, por no citar que en nuestro entorno cultural y social aún hay claras diferencias de género en las condiciones laborales, profesionales y salariales, dejando mucho que desear los términos comparativos.

Y cuando la cosa avanzaba al menos razonablemente se apodera de nosotros el macabro fantasma de la violencia machista, esa que le pega un puñetazo a aquellas mujeres menos fuertes, que no menos valientes, que pretenden sacar la cabeza sin permiso del macho que las «controla».

¿Y todavía se preguntan que porque existe ese día y no el del hombre?... Porque hay demasiada sangre derramada para conseguir igualdad donde nunca debió existir diferencia.

* Abogada