El rey pone morritos porque los chicos malos no dejan de pelearse por la pelota. No hay que escenificar ante las cámaras el disgusto, eso lo hizo Rafael Correa, presidente de Ecuador, ante el colombiano tras un estúpido conflicto fronterizo. Y, por supuesto, lo hace la saga del pajarito, desde Hugo Chávez a Maduro («Rahooooy, malvado, vrivón) como Ruiz-Mateos a Miguel Boyer («Voyé, vrivón, que te pego, leche»). Son caras que un tipo serio, formal y formado como Felipe VI El Preparado no debiera permitirse. Los ingleses de la élite educaban a sus retoños que iban a heredar el imperio en la impasibilidad, en lo cool. Alguien que aspire a liderar el cotarro ha de ser frío y derrochar humor británico, como en aquel chiste del lord inglés que en la noche de bodas le dice a su mujer «Darling, espero que te hayas quedado embarazada porque no estoy dispuesto a repetir estos ridículos movimientos». En fin, majestad, menos morritos a la galería porque esta panda no tenga remedio. Si hay que ir a terceras elecciones, se va, como dijo José Mota, aunque sea para nada. Total, si nadie quería la tercera guerra mundial y llevamos en ella un par de décadas. Terceras elecciones, y cuartas, las que hagan falta. Todo el mundo se ha apuntado al mantra de que no es deseable, del ridículo internacional, de si la deuda. Vamos a ver, estamos en un país que no existe, ¿qué más da unas elecciones más o menos si lo que importa no funciona? Preocuparse por la tercera convocatoria es como recordar a Adolfo Suárez, de quien decían «es el tercer polvo, porque todos hablan de él pero nadie lo echa». Pues aquí lo mismo, y cambien a Suárez por Rajoy, igual. Pero nadie habla de que las leyes no se cumplen en Cataluña y por ahí, de que las sentencias tampoco, de que los Pujol, los Chaves y toda la harka de los ERE, real o supuesta, sigue enredada en millones de folios judiciales. A Madoff lo entrullaron en pocos meses. Y, decía Montesquieu, sin independencia y eficiencia judicial, no hay democracia. Y, como eso, lo demás: el despiporre autonómico, el desmadre presupuestario, la deuda, etc. Eso, majestad, eso, no que votemos otra vez. Las que hagan falta.

@ADiazVillasenor

* Profesor