¿Forma parte usted de ese 56% de ciudadanos europeos que nunca ha visto --no digamos tocado o utilizado-- un billete de 500 euros? Pues como no despabile, ya no lo va a ver, ni a tocar, si el Banco Central Europeo cumple su anuncio de retirada paulatina más cese de emisión a partir del 2018. Ya no es un bulo, como cuando se decía que iban a cambiar el color de los bin laden y algunos palidecían al escucharlo.

Pero será poco a poco, y los billetes actuales siempre mantendrán su valor. Lo contrario equivaldría a un maremoto si se atiende al hecho de que estos de 500 son solo el 3,2% de los 18.600 millones de billetes de euro en circulación, pero su valor supera el 27% de los 297.000 millones de euros que suman todos los billetes. Dicen que la medida le va a costar cara a los bancos --esto le da mucha pena a todo el mundo-- porque tendrán más dificultades para almacenar el efectivo. También dicen que a los alemanes, holandeses y autriacos les sienta fatal porque gustan del dinero bien despachado y de guardarlo en casa, vamos, una cosa cultural. También dan mucha pena, ¿verdad?

Así que, igual que durante la crisis ha sido para muchos el momento espléndido de comprar --de comprar a los nuevos pobres muy barato, por debajo de su valor--, puede que se avecine para muchos, como ocurrió con el cambio de la peseta al euro, el momento de vender, de vender caro a estas personas con billetes sobrantes, de subir el precio aceptando, claro está, el riesgo de convertirse en lavadora humana de ese dinero sin declarar que no llegó a tiempo a Panamá, moradito él, guardado en tantas cajas fuertes y detrás de tantos cuadros y ladrillos. Puede que hasta veamos subir los precios de bienes muebles e inmuebles aunque sigan estos sueldos de vergüenza y este paro que nos tiene la vida atrofiada. Y si el billete hay que entregarlo en el banco y el banco debe tomar nota del que lo entrega, será sorprendente la cantidad de personas sin cuentas ni ingresos que pasen por las ventanillas para recibir los billetes menudos, de los que saldrá su propina.

En cuanto al terrorismo, crimen organizado, trata, drogas, extorsiones varias y bandas peligrosísimas, pues seguro que ya tienen a su consigliere buscando soluciones eficaces, ideando esa nueva lejía financiera que lo deje todo blanco nuclear. Ojalá, mientras la encuentra, detengan a unos pocos gracias al sangriento rastro del dinero, aunque cualquier pérdida económica que sufran estas organizaciones solo se traducirá en más muerte, explotación y sufrimiento para sus víctimas.