Cuando regresen de Letonia los efectivos desplazados, la Brigada de Cerro Muriano iniciará una nueva misión de paz, en este caso de un riesgo superior, pues tendrá como destino Irak. El general de brigada Aroldo Lázaro anunció ayer que 300 militares partirán desde Córdoba a finales de año en lo que supone el quinto destino internacional que se acomete desde la base cordobesa, tras el trabajo en Bosnia, Kosovo, Líbano y el actual de Riga. La asignación de estas misiones dice mucho del nivel de preparación y competencia de las fuerzas del Ejército asentadas en la Brigada de Cerro Muriano, así como de la capacidad de sacrificio de los militares y sus familias, pues estos destinos nunca son cómodos, pero el de Irak es especialmente arriesgado por los coletazos de la larga guerra contra el autodenominado Estado Islámico, las distintas facciones todavía en lucha y especialmente el terrorismo yihadista. Allí, los soldados cordobeses adiestrarán a tropas iraquíes y prestarán servicio en lo que sea necesario. El objetivo, contribuir a restaurar la paz en ese país que tanto ha sufrido y tanto sufre.