Mirada a los conventos

Hoy, mirada a los conventos, a los religiosos y religiosas, a los contemplativos, con motivo de la Jornada Pro Orantibus 2018, durante este fin de semana. En esta jornada de la vida contemplativa, que la Iglesia en España celebra el domingo de la Santísima Trinidad, se nos invita a valorarla, apoyarla, orar por todos ellos, los monjes y las monjas, quienes apartándose del mundo, pueden descubrir con mejor perspectiva la presencia de Dios en el corazón del mundo y, al mismo tiempo, sus comunidades son luz en el candelero y ciudad en lo alto de la montaña, que indica el camino que debiera recorrer la humanidad. El Papa Francisco, cada vez que mantiene un encuentro con religiosos, prefiere dejar los discursos escritos e improvisar una alocución más fresca y directa. Y así sucedió el pasado cuatro de mayo, cuando recibió en el Aula Pablo VI a los cerca de 600 participantes en el congreso promovido por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. «Hoy pasan tantas cosas», les dijo Bergoglio, «que para no perdernos en este mundo, en la niebla de lo mundano, en las provocaciones, en el espiritu de guerra, necesitamos criterios auténticos que nos guíen». Y les propuso tres «p»: «La plegaria, la pobreza y la paciencia», las tres claves del Papa para los consagrados. Y subrayó con fuerza estas columnas: «La plegaria para los consagrados es el aire que nos hace respirar, sin ese aire no podemos ser buenos consagrados». Al hablar de la pobreza, consideró que sin ella «no hay fecundidad; es, además, un muro que te protege de la mundanidad». Francisco concluyó subrayando el valor de la paciencia, aplicada no sólo a los roces en la vida comunitaria, sino «ante los sufrimientos del mundo». Y pidió «entrar en paciencia como lo hizo Jesús para consumar la redención; punto clave no sólo para evitar peleas internas que son un escándalo, sino para ser consagrados, para poder discernir». El Papa colocó como broche de oro, «la fecundidad». Será el precioso fruto de las tres «p» señaladas.