Bajo un informe a mi parecer bastante sectario, la comisión de expertos al servicio del Ayuntamiento de Córdoba relata que la Mezquita Catedral nunca ha sido de la Iglesia Católica.

En primer lugar me voy a referir a la comisión, dentro de la cual no ha habido ningún experto en Derecho civil, Derecho registral y Derecho notarial. Tampoco ha habido ningún miembro representante de la Iglesia, así como tampoco ningún otro historiador medievalista que, aparte de conocer la Historia Altomedieval de Córdoba, sea experto en el medievalismo de los primeros Reinos cristianos (Reino de los Astures) y subsiguientes históricos de la Península durante los períodos Altomedieval y Plenomedieval que nos ocupan. Ello --sin poner en cuestión la profesionalidad de los dos profesores medievalistas-- hubiera dado lugar a una argumentación amplia e imparcial para dirimir el por qué la Iglesia Católica pueda tener la titularidad de la Mezquita Catedral de Córdoba.

En segundo lugar me refiero al Derecho, Civil que no Constitucional. En virtud de la Ley Hipotecaria en sus artículos 206 y este en relación con el 205, se han podido inmatricular en el Registro de la Propiedad fincas obteniendo la efectiva titularidad con la acreditación exigida, bien a favor de terceras personas, bien a favor de Administraciones públicas o entidades de derecho público con personalidad jurídica propia. Haciendo uso de tal derecho, muchos, muchísimos particulares han podido inscribir sus viviendas sitas por ejemplo, en terrenos públicos y en muchas vías pecuarias.

A ello, ¿por qué a la Iglesia no se le reconoce tal titularidad cuando ha mantenido la posesión pacífica, continuada e ininterrumpida desde 1236 en su justo y derecho legítimo de conservación del monumento afín para el uso que fue creado, desde etapas anteriores a la construcción de la mezquita fundacional?

¿Por qué se ponen en duda los trabajos de investigación e intervención de D. Félix Hernández o de D. Pedro Marfil en relación con los antecedentes visigóticos del Conjunto Episcopal de San Vicente?

Estas y otras muchas más cuestiones revelan la actitud parcialista de aquellos que encargaron tal informe, amén de su ánimo de lucro en su intención de gestionar y controlar la Mezquita Catedral de Córdoba, por no hablar de su preclaro anticlericalismo. Y ante todo muestran una clara finalidad partidista y divisoria en los cordobeses, pues nunca nosotros hemos tenido problema alguno en llamarla tanto Mezquita como Catedral.

Estamos en el siglo XXI. Sí, mas la Historia ha de estudiarse en su periodo justo con la mentalidad de aquel momento que, en este caso, fue una Reconquista para la Cristiandad realizada por el Rey Fernando III el Santo.