El otro día Ana Tamayo (teniente alcalde de Movilidad) viéndome bajar de un autobús de Aucorsa, me felicitó por utilizar el servicio público para mi transporte. Que conste que no es mi habitual modo de movilidad por la ciudad pero ese día coincidió su uso. Lo cierto es que entre anecdótico y usual lo que sí soy es un defensor de la movilidad ciudadana por medio de una red de transportes bien concebida y mejor gestionada con medios públicos. Y ahora desde el Ayuntamiento se nos oferta para un futuro, al parecer cercano, el uso del metrotrén.

La bonanza de este proyecto resulta de conectar de forma rápida y directa el eje Este-Oeste de la ciudad , donde además buena parte de su trayecto incluso transcurre subterráneamente. Y es que al margen de la rapidez de conexión (en la actualidad entre la Estación central y el Campus de Rabanales el tiempo de viaje es de seis minutos), supone un considerable ahorro económico y energético, así como la descongestión circulatoria que directa o indirectamente proporciona a buena parte de la ciudad.

Téngase en cuenta que el metrotren, tren metropolitano de Córdoba, en principio conectaría Villarrubia, El Higuerón, Parque Joyero, Estación central, Santos Pintados; Campus Universitario de Rabanales y Alcolea. Y observando las paradas de este itinerario, la simple facilidad de movilidad de sus vecinos, sin duda ha de proporcionar progreso (comercial, de instalación industrial, residencial y otros) en las zonas y barriadas implicadas. Ello además de facilitar la conexión de estas con el centro de la ciudad, con las ventajas de bienestar y comerciales que conlleva, y con el Campus de Rabanales, donde la UCO ha ubicado sus centros Agroalimentario y Tecnológico y en la actualidad se imparten 16 titulaciones y cursan sus estudios más de 8.000 alumnos.

Además, el gasto para la puesta en funcionamiento de este proyecto resulta mínimo dada su trascendencia, pues la infraestructura principal nos viene dada por el cambio de uso de las vías convencionales de ferrocarril tras la entrada en funcionamiento de las infraestructuras ferroviarias del AVE, quedando aquellas tan solo para algunos transportes de mercancías.

Es decir, a partir de 1992, si nuestros líderes políticos y/o sociales hubieran tenido una más elevada visión de miras, menos reticencias o menor servilismo de los dictados de Sevilla, se habría diseñado ya en aquella época para Córdoba una infraestructura de este tipo. Ello hubiera supuesto una organización de comunicaciones acorde con la movilidad de cercanías del siglo XXI, y quién sabe si esto hubiera amortiguado en la ciudad los efectos de la feroz crisis sufrida a partir de 2008. De hecho, cuando la Universidad organizaba el Campus de Rabanales (1991-96), y lo digo con conocimiento de causa puesto que fui un protagonista activo de aquel proyecto, esta (la universidad) estuvo contactando con los políticos locales y provinciales de la época para que participaran con una más elevada visión de miras en el proyecto de comunicaciones del que estaba necesitado su Campus Universitario, y que culminó con el hoy vigente tren del Campus Universitario de Rabanales (está en funcionamiento desde 1998). Entonces aquellos responsables políticos no quisieron implicarse en otras comunicaciones locales y/o provinciales, diferentes a las entonces existentes.

Al margen de reproches, seamos optimistas y demos por bueno lo que bien acaba. Debemos apoyar y felicitar a las actuales autoridades municipales por haber reemprendido está iniciativa que ahora alcanzará al área metropolitana entre Villarrubia y Alcolea. Además aún queda lo más importante: el éxito de su explotación, y para ello debemos apoyarlos para que se rentabilice su funcionamiento. Que tengan buen tino en la programación de trenes y horarios, así como en la creación de conexiones complementarias que faciliten la movilidad en polígonos y barriadas. De hecho ya tienen un gran trecho andado, pues durante el curso académico circulan 36 trenes al día (18 en cada dirección), que está rentabilizando la propia Universidad.

Esperemos que en un futuro no muy lejano, esta iniciativa se extienda hasta los límites de la provincia, es decir: de Palma del Río a Villa del Río, con lo que se beneficiarían los vecinos de Palma del Río; Posadas; Almodóvar del Río; Villafranca; El Carpio; Montoro, y Villa del Río. Otro proyecto interesante de comunicación y movilidad cordobesa sería que también se pudieran reutilizar las vías convencionales del antiguo ferrocarril a Málaga, incorporando de esta modo a los pueblos del sur de la provincia (Fernán Núñez, Montilla, Aguilar y Puente Genil), o por soñar, recuperar el viario de Almorchón para integrar a los pueblos del Norte. De esta manera quedaría conectada por ferrocarril Córdoba y su provincia, poniéndose así los mimbres para generar un cinturón industrial que tanta falta hace a Córdoba, especialmente para aprovechar la pujanza de nuestra incipiente industria alimentaria.

* Catedrático de la Universidad de Córdoba