No hay nada como revestir de naturaleza científica una interpretación de los hechos para darle naturaleza de verdad. Y me explico. Una comisión que conformó nuestro Ayuntamiento afirma ni corta ni perezosa que la Iglesia «no tiene título de propiedad alguno» sobre la Catedral de Córdoba, conocida por todos como la Mezquita. Dicho así, tan simple, parece que estuviéramos hablando de la linde de una finca que resulta del conflicto de dos propietarios que no se ponen de acuerdo y cuya única vía de solucionar el asunto sin llegar a las manos es los tribunales y la aportación de los títulos de propiedad. En principio simple y común ¿verdad? Pero el caso que nos ocupa no se puede simplificar así pues sería dejar fuera a la Historia y por tanto, a otra parte importante de esa ciencia que necesitamos para llegar a la verdad de los hechos y las realidades. Yo sé que esto a algunos les escuece, pero Fernando III el Santo, decide por su cuenta, ya que había conquistado Córdoba a los moros, que la Mezquita sea consagrada, convertida y constituida en Catedral de nuestra ciudad. ¿Y qué ha pasado desde el año 1236 hasta la fecha? Que ya han pasado siglos. Pues que la Iglesia la ha gestionado, conservado y mantenido por su cuenta, excepto en la época moderna que tanto el Estado como otras administraciones públicas han colaborado debido a su condición de patrimonio histórico. Por tanto, los que dicen que la Mezquita, Catedral, no es de la Iglesia está obviando la mayor. Vamos, que hacen otro informe sobre la monarquía británica y la reina Isabel II termina de okupa del palacio de Buckingham. Pero a estas alturas ya estamos acostumbrado a la memoria histriónica o histrionismo histórico que para vendernos su moto no saben otra cosa que eso, sobreactuar; aunque eso sí, con atrezo de científico.

* Mediador y coach