A la hora del Ángelus, hoy, sábado, comenzará en Alcaracejos el despiece del cerdo ibérico, una venta al turismo de las cualidades que tiene este pueblo, el modo más acertado de intentar que el futuro no le sea tan adverso como lo está siendo con los jóvenes que no llegan ni a mileuristas. La propaganda para la supervivencia es una necesidad evidente pero con formas distintas. En Alcaracejos, por ejemplo, el cerdo y el centro termal son los asuntos sobre los que los visitantes se dejan influir. Pretensión que quisieran, creemos, los propietarios de enciclopedias tan históricas como la Larousse o el Espasa que la minusvaloración del papel lleva a sus propietarios a pensar reiteradamente dónde dejarán el futuro de sus libros, si en la biblioteca municipal o en los contenedores de papel y cartón. Ahora empieza a pensarse en que es necesario sacarle rentabilidad a los pueblos cuando en sus fines de semana se transforman en una soledad asistida por la presencia de quienes se acercan para comprobar cómo se viven dos días. Sea como fuere lo que sí han aprendido quienes cada día oyen los sones de la matanza es que los candelorios y el olor a carne quemada son momentos imprescindibles en una fiesta en la que el consenso social empieza por las ascuas. Lo mismo que sube la valoración del pueblo el que alguien se entere de que allí, en ese espacio, las monjas escenificaron sus oraciones, como en Belalcázar, los ángeles asistieron a los Reyes Magos en El Viso, o los nazarenos se hicieron un notable hueco en la «Mananta» de Puente Genil. Los productos de la matanza y su degustación lo mismo que el encendido del candelorio son elementos casi imprescindibles en un espacio algo oscuro en el que la presencia de un cielo húmedo es una necesidad casi evidente. Por eso, tras volver a contemplar cómo arden las candelas, aquellas que nos quitaban la tiritez de la infancia, Alcaracejos nos dejará a solas con sus cielos que se nos acercarán a los ojos en forma de resumen del universo. Es la Reserva Starlight de Los Pedroches, la contemplación de la luz de las estrellas en esas noches en que los cielos lucen su belleza brillante en medio de la oscuridad.