Jugar, correr, saltar, relacionarse con otros niños, gritar... Son actividades imprescindibles para vivir una infancia feliz, pero tristemente cada vez más difíciles de disfrutar en las ciudades, donde el tráfico y los peligros de la calle complican esa expansión que los más pequeños precisan. Lo que debería ser normal, que los niños jueguen sin riesgo, ha pasado a ser menos habitual de lo deseable, y las cifras de obesidad infantil, o del uso precoz de las nuevas tecnologías, son prueba evidente y motivo de preocupación para la sociedad. Por eso los parques infantiles no son, o no deben ser, una inversión o una preocupación menor para los regidores municipales, y deben estar entre las prioridades que se marquen las asociaciones de vecinos en su relación con el Ayuntamiento.

Precisamente ayer el Ayuntamiento de Córdoba dio cuenta de su plan de inversión --800.000 euros en cuatro anualidades-- para el mantenimiento de los 158 parques infantiles que tiene Córdoba, de los que tres están cerrados por su deterioro, pero otros muchos presentan deficiencias que disuaden de su uso o los convierten en zonas inadecuadas para que las familias lleven a sus hijos. La delegada de Infraestructuras, Amparo Pernichi, enumeró los parques ya renovados, señaló las prioridades, que se centran en la zona sur de la ciudad y barriadas periféricas, y dio cuenta de la relación de trabajos que se irán haciendo hasta el año 2019. Un buen paso del Ayuntamiento, que debe ir acompañado de una mayor vigilancia para evitar abusos y del esfuerzo de los usuarios para conservar en buen estado esos bienes públicos tan necesarios y tan frecuentemente víctimas del vandalismo.