Cuando en Grecia se inventó la democracia no fue para esto; su esencia es la mayoría. Entonces si la mayor parte de la gente se equivoca hay que acatarlo. Hasta ahora, las mayorías eran masas cargadas de ilusión e inclusión. Pero hoy los pueblos están eligiendo opciones fascistas. Un gobierno egoísta no puede ser emprendedor. Y la gente está votando a los malos. En Francia, la tierra de la solidaridad, la hija de Le Pen se augura como presidenta para traicionar la esencia del lugar. Pero es que en el país de los sueños está gobernando un retrógrado. Aquí surge un nuevo partido contra los tradicionales que se erige en la panacea de las soluciones a través de la radicalidad. Y resulta cuando menos curioso que Podemos criticara al bueno de Obama por coordinar un Tratado de Libre Comercio con nosotros bajo el argumento de que nos esclavizaría. Es decir, Podemos, predica medidas proteccionistas. Pero ahora resulta que Trump ha anulado dicho pacto de comercio bajo los mismos argumentos. O sea, la economía Podemista es la misma que la Trumpista: ver trampas donde no las hay. No nos conviene esta democracia que está eligiendo fascistas que predican abundancia y protección o chorizos que predican lo mismo. Porque si críticas a Podemos, lo otro es todavía peor ya que han robado lo que no hay en los escritos. ¡Qué vergüenza para nuestros hijos! Lo que nos hacen falta es gente brillante que no se someta a endiosamientos como estamos viendo en la purga Iglesias /Errejón o en los hipócritas y repelentes congresos de PP y PSOE que solo sirven para hacerse la pelota unos a otros. Son necesarias otro tipo de personas más efectivas y menos imprescindibles que estén cuatro años contratadas con posibilidad de repetición --que no de re elección-- a través de concursos públicos de méritos y capacidad. Es tiempo de los mejores.

* Abogado