José García Marín, Pepe el del Caballo Rojo, quien portaba en su ADN los fundamentos de la cocina cordobesa, le contó a Manuel Cobos (Historia de la hostelería de Córdoba): «Empecé a investigar porque en mis manos cayó un libro que me regalaron, un manuscrito de don Claudio Sánchez Albornoz, que tenía recetarios de cocina andaluza, con ese libro aprendí mucho». Fruto de su labor investigadora en la búsqueda de nuevos platos fueron el cordero a la miel, el rape mozárabe y el bacalao a la canela, entre otros. Renovó la cocina cordobesa y su gran obra, El Caballo Rojo consiguió una gran proyección y reconocimiento a nivel nacional e internacional en el ámbito de la gastronomía (entrevistas en revistas especializadas, participación en jornadas, intercambios, etcéterea.) llegando a cocinar junto al prestigioso chef vasco Juan Mari Arzak.

Acuñó la afortunada frase: «Para comer, Córdoba». Durante décadas su restaurante ha sido un referente de calidad de la gastronomía cordobesa en el que han comido reyes y presidentes de repúblicas a los que atendía personalmente. Pepe era un trabajador infatigable que acudía diariamente a su restaurante ya que para él era muy importante el contacto con la gente.

Actualmente, en el contexto de la gastronomía andaluza nuestra ciudad ocupa un lugar privilegiado siendo la única capital de provincia de Andalucía que cuenta con dos restaurantes estrella Michelin (Choco, de Kisko García, y Noor, de Paco Morales). El reconocimiento que ha alcanzado la cocina cordobesa del siglo XXI no puede entenderse sin la contribución del magisterio que Pepe García Marín ha ejercido sobre los restauradores cordobeses.

* Director de la Cátedra de Gastronomía de Andalucía