Volver la vista atrás es recordar con añoranza el pasado pero también lamentar lo que pudo haber sido y no fue. La memoria, que devuelve el tiempo transcurrido con un toque de nostalgia, también está ahí para que no se olviden los errores y las deudas pendientes. Ahora que el año 2017 agota sus días, pasa fugaz con momentos que harán historia, como la apertura de la Ciudad de la Justicia, ese edificio vanguardista proyectado en los años en los que construir castillos en el aire era fácil; la peatonalización de Capitulares, otra pieza más en el diseño de la ciudad del futuro; y la restauración del Templo Romano, con la que se han remozado los restos arqueológicos que desafían el paso del tiempo y que demuestran cómo pasado y futuro pueden convivir en armonía.

En este año de luces y sombras, Rabanales 21 ha logrado capear otro temporal y tiene todos los parabienes para acoger un centro comercial. El Palacio de Congresos de Torrijos, cuya reforma se está alargando tanto como construir un edificio nuevo, vuelve a estar en obras. El barrio de Mirabueno ha visto, por fin, el reinicio de la urbanización que lleva esperando nueve años. Parte de la CH-2 está arreglada. Y poco más. 2017, que empezó con buenos propósitos y expectativas de recuperación, ha transcurrido sin pena ni gloria, aunque se han dado pasos que darán frutos en el 2018, como los que traerán el cercanías o una ronda del Marrubial diferente.

Diez años después del inicio de la crisis, la ciudad se encuentra con varios sueños frustrados, de los que ninguna administración se libra. Todas tienen algún proyecto parado que lamentar. Desechado el Palacio del Sur, Córdoba se iba a conformar con un edificio rehabilitado en el Parque Joyero capaz de acoger congresos y ferias que debía estar acabado, pero la reforma está parada y a la espera de resolución del contrato para sacar a concurso lo que queda de obra. La remodelación de la antigua Magisterio, cuyo acondicionamiento empezó en el 2014 y que tendría que estar abierta ya, se ha quedado estancada en la fase final y aguarda una solución. Las obras de la cuarta nave del parque logístico, que iba a dar un nuevo impulso a estas instalaciones medio vacías, quedó paralizada al poco de empezar. Y la biblioteca de los Patos, cuya construcción tendría que haberse reanudado, sigue en punto muerto a la espera de otro proyecto que la culmine. A esto se unen obras que ni siquiera han empezado, como la reforma del Archivo Histórico Municipal, el nuevo enlace de la autovía o el cercanías.

Mirar hacia adelante es soñar, fijar nuevas metas y volver a ilusionarse con alcanzarlas. El 2018, año preelectoral, llega con buenas perspectivas, entre ellas la declaración de Medina Azahara como Patrimonio de la Humanidad. El tren de cercanías que acortará distancias entre Alcolea y Villarrubia echará a andar. La reforma integral del Marrubial, que ya tiene en obras su carril bici, estará en marcha. El nuevo enlace de la autovía A-4 empezará a construirse. Los proyectos paralizados se reactivarán y actuaciones que llevan atascadas casi una década, como la ronda Norte, la urbanización de la antigua azucarera de Villarrubia y el Parque de Levante, se reanudarán. A estas obras se sumarán otras pendientes como la reforma del Archivo Histórico, del convento Regina y de la segunda fase del Templo Romano. Además, Córdoba estrenará el hospital privado de Quirón. Todos estos proyectos se traducen en empleo.

A solo tres días de la Nochevieja, la memoria evoca un año que muere con luces y sombras y el corazón aguarda el nacimiento de otro que llegará con nuevas ilusiones.

* Periodista