El pasado 3 de abril, los lunes al sol de nuestro colectivo los hemos compartido con personas de otros colectivos a las que hemos invitado a reflexionar y gritar por la libertad de expresión y contra la represión en la puerta de la Subdelegación y los Juzgados de Córdoba. Hemos leído un manifiesto y expresado nuestra solidaridad con Cassandra Vera y todas las víctimas del artículo 578 del Código Penal y de la Ley Mordaza del PP, porque es urgente que las fuerzas progresistas promuevan, a la mayor brevedad, el cambio legislativo que acabe con el abuso reiterado y arbitrario de un delito de opinión que es no solo anacrónico sino también liberticida. Porque uno de cada tres casos de terrorismo que se juzgan hoy en España, son casos de libertad de expresión. Esta sentencia da miedo, porque es una advertencia para que nos estemos callados y seamos sumisos. ¿Se reconducirá de una vez la cuestión al terreno de la política, al Parlamento, o tendremos que volver a las calles al grito de «Amnistía y libertad»? Es lamentable informar de que casi al final de la pacífica concentración, un miembro de la policía nacional ha tenido que dar la nota represiva: incoar un informe a un compañero de Stop Desahucios por fumar un cigarro de tabaco de liar y oler la ropa marihuana, procediendo a «quitarle el cigarro para su posterior análisis de laboratorio». ¿Para esto le pagamos el sueldo a este «servidor público», Dios mío?

<b>José Moñino Esquiva, miembro del Colectivo Yay@flautas</b>

Córdoba