Parece que no son buenos tiempos para la política. La corrupción de muchos representantes públicos y la crisis económica son un coctel explosivo que revuelve a la gente contra esta clase social. Lejos queda aquella clasificación de Platón en la que colocaba a los políticos en la cúspide del prestigio de las ciudades porque eran personas de ética y estética sublime. Y es que todo se ha vuelto tan artificial e hipócrita que hasta los niños en los colegios ya no quieren ser políticos.

Pero es que encima, con la que tenemos, ellos siguen r que r, mostrando un soberbio aparte de estúpido posicionamiento en contra de la calle y que más prueba de esto que digo es que vamos para las terceras elecciones generales y aun así, con insoportable cinismo se echan la culpa unos a otros de tan absurda parálisis técnica que está haciendo perder a nuestro país miles de inversiones extranjeras. Pero hoy no estoy aquí para eso sino más bien para todo lo contrario. Esta semana la dedicaré a dar un voto de confianza a la política gracias a una mujer muy especial de nuestra política local: Doña Laura Ruiz, actual concejal en la oposición y teniente de alcalde en el pasado gobierno local. En serio, esta mujer es excepcional y hoy la quiero poner como modelo de muchos representantes públicos que están súper ilusionados con hacer bien su trabajo y sobre todo en aportar nuevas ideas brillantes para los barrios. El anterior alcalde bien que se dio cuenta de su valía y depositó en ella crecientes responsabilidades en distintas áreas. Quizá la política local no sea lo más importante o decisivo del mapa político de un gran país, pero sí lo más bello. Y es que en los consistorios de los municipios la ideología pasa a un segundo plano y de lo que hay que preocuparse es de tender puentes no solo entre las orillas de un río sino entre los problemas de los vecinos. Laura Ruiz es una mujer que se dedica a eso, a dar soluciones desde el diálogo incesante, la humildad más incesante todavía, la seriedad en la palabra dada y en el buen corazón; vamos que Laura, aparte de trabajadora e inteligente, es una buena persona.

Yo no soy nadie para decir lo que voy a decir pero por eso lo digo: creo que esta mujer debería ser muy tenida en cuenta en el Ayuntamiento cordobés y en especial en su partido. Y no solo escribo esto por ella sino porque la única forma de que la gente vuelva a creer en la política es que en los puestos de responsabilidad estén los mejores para el pueblo y no para los aparatos internos de los partidos. Porque coincidir, coinciden poco.

* Abogado