Sostiene José Luis Sampedro que el capitalismo no es que esté en crisis sino que ya ha cumplido su etapa vital desde el siglo XVI. Sostiene que no se sabe cuál va a ser su sustituto pero que por el desarrollo imparable, impredecible e inabarcable de la ciencia y la tecnología va la cosa. Internet es una prueba, cada vez compramos mucho más en la red (¿no sigue siendo esto capitalismo?), cada vez nos relacionamos mucho más a distancia (¿no es lo que venimos haciendo desde que se inventó el correo?) y cada vez sabemos más de todo a fuerza de recibir más información (¿la saturación no es el umbral de la desinformación?). La III República está más presente en las redes sociales que en las manifestaciones callejeras. El 15-M fue un trend topic sostenido de subidas y descargas en Youtube . Los antidisturbios van a llevar su ID en la espalda. Los escraches de guardia harán coincidir sus actos con la entrada en las redacciones de los periódicos de los fotógrafos de prensa. Nerón echó la culpa a los cristianos del incendio de Roma, y lo hizo boca a oreja, Hitler utilizó la pintada, el cartel y el parche en la ropa y en las casas de los judíos culpándoles de algo, ya se sabe que los otros son siempre los culpables de todo. No sé si Sampedro tiene razón pero me da la impresión de que el capitalismo no está en cuestión, sólo su reparto. Decía el tango-vals de Rodolfo Scianmarella que "el que tiene un peso quiere tener dos", pero ahora se conformaría con no perderlo; esto, en efecto, puede no ser capitalismo sino no ser tonto, lo anterior, también. El siglo XXI comienza dando lecciones, pero nadie las recibe.