Recientemente se ha declarando por el Departamento para la Cooperación Internacional de la Academia China de Ciencias Agrarias que, desde esa institución y con América Latina, pueden establecerse unas fuertes relaciones de complementariedad en ciencia y tecnología agrícolas, con sus respectivas ventajas, expresamente para que se consolide el intercambio bilateral a los efectos de promover juntos la cooperación en el sector agrario, contribuyendo y colaborando a la seguridad alimentaria mundial. Indicándose que si el país sustenta a una población de 1.300 millones de personas se debe al progreso científico y tecnológico en la agricultura, como corrobora el aumento consecutivo durante los últimos 9 años de su producción de cereales.

Sin embargo, habida cuenta de los lazos sociales, culturales e históricos que nos unen con los países americanos debería ser España, si nuestras instituciones agrarias lo hubieran permitido, la que estuviera enarbolando desde hace tiempo unos argumentos superiores a los esgrimidos por la República Popular China, Pero no es así. Todas esas iniciativas cayeron en saco roto.

Y si por primera vez ahora, desde Córdoba, se ha promovido el proyecto para la constitución de la Academia de Agricultura, la idea, y su formulación ha tropezado con la habitual abulia y con el lesivo desentendimiento de la Administración Autonómica, donde el informe duerme hace años; incluyendo en este desinterés a nuestra actual Administración Local, cuanto menos sorda, no la anterior, incluso habiéndose constatado el apoyo de un importante elenco personal de los implicados en el sector agrario, así como el refrendo de las comprometidas entidades profesionales, académicas y financieras relacionadas con el mudo rural.

No obstante la Administración Central parece adelantarse, pues entre los asuntos que en la reunión del pasado 13 de febrero se celebró en el Ministerio de Agricultura figuró la propuesta para la creación en España de la Academia de Agricultura. Aquí, en Andalucía, continuaremos en el vagón de cola y con el farolillo rojo.

* Doctor ingeniero agrónomo

Licenciado en Derecho