Es sabido que la corrupción se extiende mucho más allá de la política --en ella quizá sea más evidente--, pero el río de noticias en el que van aflorando prácticamente todas las organizaciones que representan y prestan servicio a la sociedad en el mundo entero, va más allá de la corrupción y apunta a un sistema putrefacto, falto de ética y de control. La FIFA, destinada a impulsar el fútbol mundial, es un globo hinchado de mentiras, sobornos y blanqueo. Una decepción más en esta lista inagotable.