Ahora que vivimos la incertidumbre de lo que arrojarán las urnas esta noche, tras una tontorrona campaña; en medio de esta mala película de espionaje y traición en el Ministerio del Interior; naúfragos a las puertas de una Inglaterra que da un portazo a Europa; atosigados por las noticias del ibex35 que da pavor incluso a los que ni tienen acciones ni las van a tener; agobiados por los telediarios que ya han empezado con la ola de calor; ...en medio de “este huracán sin ojos que lo gobiernen”, como escribió Sabina, siempre podríamos decir con Aute “queda la música”. Pero hoy más que en lo artístico busco refugio en el sueño de quienes ven más allá que la media, que sobresalen por encima de la mediocridad y el corto vuelo de la política. En medio de este panorama llegó a Sevilla el jueves el avión solar, tras tres días de navegación aérea cruzando el Atlántico, 71 horas y 8 minutos, sin gastar una gota de combustible. Impulsado y sustentado en el aire únicamente con la energía generada por las placas solares que lleva en sus grandes alas que el sol no derrite, como las de Ícaro, si no que alimenta. Viendo el aterrizaje del aeroplano en la amanecida de la víspera de San Juan, majestuoso y sin hacer ruido, me preguntaba cómo es posible que un avión esté dando la vuelta al mundo con energía solar y en España, un territorio con tantas horas de sol, esta energía esté dan desaprovechada. Cómo es posible que Alemania tenga cinco millones de metros cuadrados de placas solares mientras que en España, el país del sol, solo tengamos millón y medio. Quién puede explicar la desastrosa política energética de España, hecha con los pies, sino con la cartera y los intereses de algunos, y de espaladas al sol que ya entronizaron los egipcios como Aton. Todo lo más que se ha hecho en nuestro país ha sido poner un “impuesto al sol” para quitarle de la cabeza a los ciudadanos y a los empresarios la posibilidad de la autogeneración de energía para sus casas y negocios. Puede haber mayor despropósito. Pero de este asunto no se habla, ni se toca, ni se explica ni ellos saben ni nosotros tampoco, servidor menos que nadie, por eso pido una aclaración a por qué pagamos a ese precio la luz en un recibo que no entendemos mientras se ignora la energía solar que permite a un avión dar la vuelta al mundo. En nuestro país, con el ministro de Industria dimitido y huido, equivocadamente, o tal vez interesadamente, el I+D se fue para la información y la comunicación (y ya ven con qué olfato) y poco o nada en las energías alternativas y renovables, lo que ha hecho que además del abandono hayan dejado el hueco para arribistas osados que andan colocando placas a particulares con poco control y escasos resultados. H

* Periodista