Según la Real Academia Española la humillación se presenta cuando se produce una acción volitiva, autónoma o forzada, cuyo final e inmediato efecto estriba en inclinar la cabeza o en doblarse genuflexo, arrodillándose, con una parte del cuerpo, en especial señal de sumisión y acatamiento. Como igualmente lo es abatir el orgullo y la altivez de alguien por la persona ante la cual el humillado se postra. Individuo que pasa por la situación en la que su dignidad, en el supuesto que no la haya totalmente defraudado, sufre cierto menoscabo.

Así pues, desde el plano meramente personal cada cual es esclavo de sus actos, sean estos cuales sean, tanto como, lato sensu, dueño de sus discreciones. Y en ese tenor que cada uno apechugue con sus personales e intransferibles responsabilidades. Por tanto que un individuo, en el sentido antes indicado, haga lo que le apetezca, y allá él con su escala de valores morales, solamente puede incitar el interés dentro del círculo de su amistades y familia. Pero si esa misma persona, revestida de los atributos de presidente del Gobierno de España, hace decaer la dignidad de la alta magistratura que le corresponde sería claramente un agravio, tanto al cargo que desempeña como a la institucional representación que la Carta Magna le otorga; Y por cierto, últimamente, de manera sobrevenida y no como resultado de la voluntad popular expresada mediante las urnas y resultante de unas elecciones generales sino como derivada de una constitucional moción de censura activada con el apoyo de populistas, radicales, demagogos y nacionalistas y la presunta deuda de las concernientes hipotecas, habida cuenta de la escasa y propia bancada parlamentaria.

La recepción en la residencia oficial del presidente del Gobierno del titular representante del Estado en la Comunidad Autónoma de Cataluña, empecinado en el independentismo de la citada región española, portando a la vista la insignia que así mismo se han dado los segregacionistas y además atribuyéndose la sanción de la corona en ese territorio, es una afrenta netamente intolerable.

* Doctor ingeniero agrónomo. Licenciado en Derecho