Quizá no se podía decir mejor: "Cada hora hay una novedad". Y, además, casi siempre no muy buena o directamente mala. Los españoles no dan a basto bajo la catarata de información, de hechos, declaraciones, bulos y manipulaciones. "Cada boletín de noticias lleva una acción judicial, una operación policial o unas palabras de algún imputado que son una ofensa". Mientras tanto, crece el desconcierto. ¿En qué quedamos? ¿Crece el empleo o el desempleo? Según los últimos datos, la recuperación económica sigue su curso y España crea empleo neto con ritmos moderados. Pero, luego, bajamos a la realidad nuestra de cada día y nos encontramos que los problemas personales y familiares, las pequeñas angustias y los agobios, parecen ir aumentando. Cada tema, cada ámbito, desata una polémica. Las voces que se escuchan son tan discordantes y, en tantas ocasiones, tan contradictorias, que más que aclarar el horizonte, parecen oscurecerlo más. ¿Qué hace, entonces, en estos momentos? ¿Dejarnos caer por la rampa de la depresión? ¿Alistarnos en la caravana de los pesimismos sin salida? Un psiquiatra conocido, Enrique Rojas, publicó hace ya tiempo un libro que llevaba este titulo Vive tu vida , con la intención de ayudar a los lectores a gestionar su autoestima en las distintas etapas de la vida: la infancia, época feliz de la vida; la adolescencia, con el descubrimiento del mundo afectivo; la primera juventud, donde nos incorporamos al mundo profesional; la madurez, cuando la capacidad para olvidar es fundamental; y la tercera edad, momento en el que nos hacemos viejos "si sustituimos nuestras ilusiones por los recuerdos". ¿Conclusión? "La felicidad es estar contento con uno mismo al hacer algo con la vida personal que merezca la pena. Cada uno según sus posibilidades". Enrique Rojas nos ofrece en las páginas de su libro una receta para la felicidad, a base de amor, amistad, trabajo y cultura, "un plato suculento en el que estos cuatro grandes ingredientes se hospedan con arte y oficio". Y aclara más: "De cada uno de estos cuatro elementos, puede haber cuatro patologías: la del amor es la del desamor; la de la amistad sería el individualismo, que hoy es bastante potente; la del trabajo, el paro, que hoy es un drama; y la de la cultura, que es libertad y conocimiento, es la ignorancia". En síntesis, en la situación actual, ante el panorama que vivimos, todos bajo el paraguas de la inclemencia y con tantos problemas a los que no les llega la solución, lo principal y acaso lo más importante es jugarnos la carta personal de nuestra actitud ante la vida y ante la sociedad. Lo que salvara a nuestra sociedad es la aportación positiva de cada uno, ese granito de arena perdido que se funde con los demás, para construir en valores, no para lamentarnos de las continuas desgracias. El lamento es una puerta cerrada.

* Sacerdote y periodista