1979, Congreso Extraordinario. Felipe González, que ha dimitido como secretario general, plantea un dilema ideológico a su partido: o Marx o yo. Los socialistas eligen al sevillano. El PSOE deja de ser un partido obrero para convertirse oficiosamente en un partido burgués: el PSBE (Partido Socialista Burgués Español) . Lo que automáticamente significa que la S deja de significar "socialismo" para devenir en "socialdemocracia". Marx deja de ser el referente, por obsoleto y peor que estéril, para pasar a serlo el filósofo político de mayor impacto de la segunda mitad del siglo XX: Karl Popper. El austríaco había sido designado como "sucesor" por el gran patriarca de la filosofía racionalista e ilustrada del siglo XX, Bertrand Russell, en una célebre reunión en Cambridge en la que dos vieneses se pelearon por el puesto atizador en ristre. El otro era Ludwig Wittgenstein... Pero esa es otra historia.

Popper había desarrollado una crítica poderosa contra los defensores del totalitarismo, de Platón a Marx pasando por Hegel. Por el contrario, él defendía una ingeniería social soft , basada en un reformismo gradualista vinculado inexorablemente a la democracia liberal, con una economía de mercado en un marco de derechos fundamentales y separación de poderes. Además de Russell, Karl Popper fue apadrinado en Londres por Friedrich Hayek, que vio en él un aliado contra la fatal arrogancia de socialistas y conservadores de pretender guiar a la sociedad dictatorialmente desde postulados maximalistas. Por el contrario, Popper proclamaba que el método racional, aplicable tanto a la ciencia como a la política, consistía en plantear hipótesis y a continuación tratar de refutarlas. Cuanto más refutable fuese una teoría, mejor desde el punto de vista racional. Cuanto más falsable fuese una opción política desde el punto de vista electoral, más abierta sería la sociedad. No solo Marx, también Freud fue señalado por Popper como un fraude científico, como una impostura intelectual. Los dos principales sostenedores del pensamiento filosófico de izquierdas eran demolidos por Popper, que de joven fue socialista y freudiano, por lo que conocía de primera mano el matonismo intelectual y la superchería conceptual de unos y otros.

Felipe González en cuanto llegó al poder gracias a su estrategia "burguesa" cambió como referente intelectual de Alfonso Guerra, un político populista y demagógico que en comparación hace parecer al Pablo Iglesias de Podemos un líder de Bilderberg, a Miguel Boyer, un físico que había visto torcerse su carrera científica por haber sido un preso político durante la dictadura franquista, pero que había evolucionado intelectualmente desde el concepto de "lucha de clases" marxista a la "sociedad abierta" popperiana.

El resto es anécdota. Quién les iba a decir a aquellos jóvenes socialistas, que iban a hacerle un lifting radical a España, que terminarían como empleados de plutócratas, diputados "apesebrados" y esposos de la jet set... Modernizaron a España al tiempo que ellos se enriquecían gracias a su cercanía al poder económico, comenzando una etapa de corrupción institucional por parte de unas élites más extractivas que ejemplares. De aquellas Filesas, estos EREs . Aún no está claro que el remedio que estos socialdemócratas aplicaron a la España de la movida fuera peor que la enfermedad, dada la falta de ejemplaridad pública que ejercieron y la endogamia y el parasitismo que patrocinaron. Ellos civilizaron al PSOE e Isabel Preysler les enseñó a usar el tenedor del pescado. Boyer le explicaba a Schrödinger y la Preysler, a Yves Saint Laurent. Ernest Lluch, ministro de Sanidad mientras Boyer lo era de Economía, confesó en una ocasión que la ex de Julio Iglesias era la persona que más le había impactado y seducido de todas las que había conocido en el cargo. Lo que es un síntoma de cómo el poder corrompe, como advirtió Lord Acton, pero, eso sí, con la dulzura y brillantez de un Ferrero Rocher.

* Profesor de Filosofía