Ha pasado la Semana Santa y conviene recordar de nuevo que tal como se expresa y se representa no solo desde el ámbito religioso, sino desde el social, estamos antes un profundo patrimonio de notables y prolijos sentimientos. Y populares. Pero que nadie piense que el concepto popular hace referencia peyorativamente a las clases más bajas de la sociedad. No. Hablamos de aquello que pertenece de forma soberana e inalienable al pueblo o que tiene su origen en él. Origen en sus costumbres, en sus creencias. En definitiva en sus sentimientos. Si tuviéramos que glosar las diversas expresiones de esos sentimientos que se producen en el transcurso de la Semana Santa, tendríamos para una enciclopedia de cariz poético. Una mirada rozada en lágrimas a una imagen sagrada; unos pies descalzos que expían la naturaleza humana en el anonimato de un traje de penitente; el rigor de la carrera oficial; una saeta peregrina desde un balcón y hasta esas gotas de cera que se van quedando en el suelo de las calles y que se resisten a dejar esas calzadas por donde la fe de muchos ha pisado. Aunque no solamente la fe, sino como reivindicábamos todos aquellos sentimientos que nos hacen sentirnos orgullosos e identificados con lo nuestro. Pero en eso de «lo nuestro» para algunos está el problema. Por ejemplo para el exministro socialista Jordi Sevilla y para el presidente del PNV, Antoni Ortuzar, el que cuatro ministros del Gobierno acompañen a La Legión Española cantado el Novio de la Muerte, no solo es un problema, sino que intentan meterle a los cuatro ministros en los bolsillos de la chaqueta bolas de naftalina franquista para que huelan a eso. Aunque a usted y a mí que también lo cantamos cada vez que acudimos a la salida del Cristo de la Buena Muerte también nos la quieren meter, la naftalina se entiende.

Estamos ya mayores democráticamente hablando para estas estúpidas simplezas. Esto es como aquello de que el que lo huele, debajo lo tiene. Seguimos hablando de naftalina, que por lo que se barrunta de estos debe de escocer bastante.

* Mediador y coach