Resulta vergonzoso y chocante ver a los jugadores de la selección española de fútbol, tan serios y callados, mientras suenan los acordes del himno nacional. Es, por lo tanto, incomprensible que en España no tengamos un himno nacional con letra que manifieste los sentimientos del pueblo a su Patria. El artículo 2 de nuestra Constitución dice: «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas».

Tal vez, los responsables de la Transición Española encargados de la elaboración de la Constitución se encontraron con muchos problemas, y uno de ellos las famosas nacionalidades, y no se percataron en definir en algunos de sus artículos un nuevo himno nacional adaptándole una letra. Posteriormente, ni Adolfo Suárez, ni Leopoldo Calvo-Sotelo, ni Felipe González, ni José María Aznar, ni José Luis Rodríguez Zapatero, ni Mariano Rajoy, presidentes, todos, constitucionales, han sido capaces de crear, por consenso mayoritario, un himno nacional con letra.

Han pasado años desde que los españoles dejamos atrás el régimen dictatorial del general Francisco Franco, que, por cierto, él si tenía su himno nacional con letra. Pero, después de ser aprobada nuestra Constitución, en referéndum, el 6 de diciembre de 1978, parece mentira que España siga siendo uno de los pocos países del mundo que tenga un himno nacional sin letra. ¿Y quién tiene la culpa? Como siempre, el pueblo ,que no es capaz de exigirles a sus dirigentes que, por alguna vez en su vida, se pongan de acuerdo para elegir, en este caso, una letra a nuestro himno nacional. De ahí que, después se diga que cuando el pueblo es irresponsable a la hora de votar, tiene los gobernantes que se merece.

<b>Manuel León Vega</b>

Córdoba