En el mundo, viven más de 2.500 millones de personas con menos de 1,50 euros al día, 50.000 niños mueren diariamente de hambre. Parece ser que ello es un peligro, y el Norte enriquecido, como respuesta, ha puesto muros y alambradas en las fronteras con los países empobrecidos. El hambre es el principal problema político de la humanidad. Otro gran problema internacional es el paro. Existen 1.500 millones de adultos parados en el mundo. Sin ir más lejos, en Córdoba, el 70% de los jóvenes se encuentra en paro. Muchas veces condenados a trabajar sin contrato, o a soportar contratos precarios, con sueldos precarios que provocan vidas precarias. Otra gran lacra es la esclavitud infantil que condena a más de 400 millones de niños. Estas navidades muchas de nuestras casas se cubrirán de regalos fabricados por ellos. Este sistema provoca una terrible contradicción, paro en los adultos y esclavitud en los niños. Por lo tanto existe trabajo en el mundo pero se usa como medio de explotación.

Todo ello tiene unas causas. El sistema económico imperante está basado en el poder del capital sobre el trabajo, donde el hombre es considerado como simple mercancía. Hoy, en el mismo tiempo de trabajo, se es capaz de producir el doble que hace 20 años. ¿A dónde ha ido a parar toda esa riqueza? Esa riqueza no ha servido, ni está sirviendo, para crear o distribuir el trabajo. Se está provocando un robo a la mayoría de la población por parte de una minoría. El 90% de la población mundial dispone del 17% de la riqueza. En España, 30 millonarios controlan más del 80% de la riqueza. Este robo provoca paro y marginación en los países enriquecidos y, además, hambre y esclavitud en los países empobrecidos.

¿Cómo nos juzgará la historia a esta generación que condena a los más indefensos teniendo los medios necesarios para poder evitarlo? También nosotros podemos cubrirnos de vallas y muros para no escuchar, para no sentir el sufrimiento del otro. Ante estos dramas no podemos ser neutrales. Son inmensas las posibilidades que nos ofrecen la política, la ciencia y la técnica, si realmente estuvieran al servicio del hombre. Estamos convencidos de que existe esperanza y que podemos construir un mundo sin hambrientos, ni parados, ni esclavos. Un mundo donde vivamos la solidaridad, sintiéndonos responsables del dolor de las víctimas.

Todas estas injusticias solo desaparecerán si erradicamos sus causas; para ello debemos llevar a la calle la voz de los empobrecidos, y plantear que el hambre y todos estos atentados contra la vida podrían desaparecer si existiera voluntad política para ello.

Próximamente vamos a celebrar las fiestas de Navidad, en ella Jesús, desde el pesebre, nos lanza un grito a nuestras conciencias de no matarás. Toda vida humana es sagrada. Que seamos nosotros también esperanza para la humanidad.

En esa línea el Movimiento Cultural Cristiano está convocando a todos los cordobeses a la marcha solidaria que tendrá lugar el próximo sábado 14 de diciembre en Córdoba y que partirá a las 19 horas desde el Bulevar Gran Capitán (junto a la parroquia de San Nicolás).

* Movimiento Cultural Cristiano.