Por fin parece que se aclara el horizonte en esta particular batalla cordobesa que ha rozado, a veces, lo kafkiano. Mi enhorabuena a la Gerencia de Urbanismo, con su titular al frente que --¡por fin!-- está aplicando con todas sus consecuencias las ordenanzas para la reducción de veladores y sillas que proliferan como hongos por la geografía de nuestra ciudad. Esperemos que no se aplique solo a lugares destacados por su valor histórico sino que se extienda a sus barrios --Poniente, por ejemplo-- . Aparte de la estética, tendríamos que velar por la comodidad del ciudadano de a pie y facilitar su tránsito peatonal.

Lo que me resulta llamativo --y reconozco mi ignorancia en estas cuestiones-- es que tenga que encargarse una empresa de delimitar con un metro las distancias requeridas de los veladores a las fachadas, señalando las marcas pertinentes en el suelo. Esta tarea costará al erario público --según notas de prensa-- 13.000 y pico de euros. ¿No podría esta batallita resultar menos costosa? ¿No sería posible que realizaran esta labor empleados municipales, incluyéndola en su jornada laboral? Una humilde sugerencia...

<b>Mª Teresa Morales Rodríguez</b>

Córdoba