ETanto daño hizo en su día la custodia materna por obligación, como la actual y frívola custodia compartida establecida como «lo normal», máxime si se empieza a aplicar en los tribunales de forma mecánica y desasida de la realidad que subyace detrás de cada asunto.

Lamento decir como abogada con muchos años de ejercicio profesional dedicada al derecho de familia y creo que conocedora por ello de la verdad de cada asunto más allá de lo que se ve en la sala de vistas, que la declaración que hizo el TS, allí arriba instalado, sobre que la guarda y custodia compartida debe ser «lo normal», la regla y no la excepción, no es de recibo y mucho menos la aplicación automatista que de dicha doctrina están haciendo algunos tribunales de justicia que, quedándose en la superficie del dictado doctrinal, no sienten ya ni la necesidad de ahondar en la historia real de cada asunto.

Miren, hace tal vez demasiado tiempo me enseñaron que la justicia, según un tal Ulpiano, era - ¿ todavía ?--, dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponda, lo que sea adecuado en su caso concreto. Aplicar de manera autómata una guarda custodia compartida por norma con las implicaciones reales y diarias que luego supone para la vida de los menores, las víctimas reales que están detrás, no es hacer justicia, sino mancillarla.

Hay padres y madres que ni se miran a la cara, los hay inmaduros, egoístas y fanáticos, los hay sin tiempo real para sus hijos, los hay capaces de mentir sobre su estado laboral para aparentar tener más tiempo y menos recursos, o sea mentirosos compulsivos; hay padres y madres que «depositan» a sus hijos en manos de sus nuevas parejas, o incluso familiares, antes de que estén con el otro, hay padres y madres cegados por el odio ( !ya solo eso debería ser una incapacidad natural para educar a los hijos!); los hay que prefieren la noche y los amigos cada fin de semana mientras los niños están solos; los hay que cambian de pareja como de ropa interior imponiendo a los hijos nuevos «mamas y papas» como churros; hay padres y madres miserables que se pelean por quién paga los 5 euros del bono bus, porque en realidad el dinero es lo que los mueve; los hay que prefieren que haya dos cumpleaños en vez de uno, con tal de fastidiar al otro; incluso los hay débiles psicológicos, con problemas mentales, con consumo excesivo de alcohol o drogas, y los hay hasta mantenidos por sus propios padres que se proclaman sin embargo maduros y capaces de mantener a sus hijos, siendo incapaces de mantenerse ellos ... Pues bien, a todos ellos la «normalidad» de una situación «anormal» les dará la guarda y custodia compartida de manera injusta y atrevida para sus hijos.

Un divorcio, una ruptura y por ello un fracaso, nunca deberá ser la regla de nada y si ocurre, no es posible «normalizar» lo que viene detrás, entre otras razones porque lo «normal» es que quienes se separan o divorcian no quieran seguir como si nada ocurriera, ni siquiera por sus hijos. La justicia debe consistir en seguir buscando e investigando, con la función injustamente poco reconocida de los abogados y las pruebas que presentamos, con cual de los dos progenitores los niños estarán más felices, seguros, tranquilos, educados, limpios y atendidos (!si, si lo que oyen!)... con quien serán mejores personas en el futuro, porque aunque lo deseable fuera permanecer con ambos, eso ya nunca será posible. Estamos convirtiendo la guarda y custodia compartida en el hachazo del Rey Salomón que ahora, carente de sabiduría, sí termina cortando a los niños en dos mitades. Para uno esta semana y para el otro la siguiente... Y Lo demás parece que da igual.

Voy a seguir luchando porque creo en la justicia, pero en la justicia que le da a cada uno lo suyo y no refrescos de cola endulzados para todos. H

* Abogada