La forma de gestionar desde la Dirección General de Tráfico la tremenda nevada que la noche del pasado sábado mantuvo a miles de conductores atrapados en la AP6 deja mucho que desear, tanto que no es de recibo que el director general, que pasó la velada al calor de su hogar sevillano, lo primero que hiciese fuese despejar balones fueras y responsabilizar a los propios castigados .