Si una carrera plagada de triunfos ha hecho de Nadal una de las grandes leyendas vivas, y en activo, del deporte mundial, su actitud ante la derrota agranda su figura como la de pocos deportistas. Ayer, tras caer ante Federer, dio una muestra más de ese saber estar a las buenas y a las malas. «Roger ha merecido el triunfo, probablemente más que yo», dijo el tenista mallorquín tras caer en una épica final en Australia. «Felicidades a Roger, me siento muy feliz por ti, después de tanto tiempo fuera, has trabajado mucho», señaló el español en la entrega de premios. Federer no le fue a la zaga. «No hay empate en el tenis, pero yo lo hubiera aceptado orgulloso hoy (por ayer) con Rafa», dijo el suizo. Un ejemplo para otros deportes. Y no hace falta señalar.