En los últimos meses han tenido lugar en Córdoba varios actos en los que se ha utilizado el término gentrificación para analizar el reciente fenómeno de destinar viviendas de ciertos barrios históricos o populares para su uso como alojamientos turísticos. Se trata de un anglicismo de difícil traducción al castellano. Un concepto que describe un fenómeno con algún parecido con lo anterior pero distinto en lo esencial.

El concepto se acuñó en Inglaterra a mediados de los años sesenta del siglo pasado para referirse al desplazamiento de los habitantes de una zona urbana de clase social baja por los de una clase de estatus social y nivel económico mayor. Se denominó gentrification en inglés por referencia a la palabra gentry, que significa alta burguesía Este proceso, sin recibir este nombre, se conoce desde mucho antes de esa fecha y se ha explicado por distintas causas.

En Inglaterra y otros países tuvo lugar en la segunda mitad del siglo pasado debido, entre otras causas, a las primeras fases de la desindustrialización (cierre de industrias y talleres) y al desplazamiento de instalaciones industriales del centro al extrarradio de las ciudades. Esos barrios cercanos al centro se convirtieron en lugares atractivos para la residencia de quienes podían comprar a precios bajos e invertir en la rehabilitación con mejores estándares de calidad. También había motivos de tipo sociocultural para hacerlo, concretados en aspectos o valores estéticos y de moda que esos barrios podían tener. También en el caso de Inglaterra se produjo algo parecido en algunos municipios del área rural cercana a grandes ciudades, elegidos por la alta burguesía urbana para fijar su residencia habitual o su segunda residencia.

En ambos casos, el proceso tuvo efectos sociales negativos y positivos, según el grupo social del que se trate. En el primero, supuso el desplazamiento y el desarraigo de los habitantes menos pudientes, la mejora de las condiciones del barrio y el desarrollo de comercios y servicios de nivel más alto. También aumentaban los impuestos que los municipios podían obtener con ese cambio. En el segundo, supuso algunos conflictos con los agricultores y ganaderos, la pérdida de influencia de estos en el poder municipal, el desarrollo también de comercios y servicios de más nivel y la pérdida paulatina de las rasgos tradicionales de esos municipios.

La aparición de los alojamientos turísticos no tiene esas características ni esos efectos. En muchos casos son los propios residentes los que dedican su propiedad a esos fines, que se mezcla con quienes invierten desde fuera del barrio para dedicar la propiedad adquirida a alojamiento turístico. Las causas del fenómeno son solamente económicas, aprovechar la oportunidad de negocio. Los efectos son la disminución más o menos progresiva de residentes, la pérdida del tejido social estable del barrio y su sustitución por visitantes ocasionales ajenos a la trama de convivialidad que puede proporcionar el acogimiento cercano auténtico que a veces usa como reclamo publicitario. Además, siempre puede estar en el horizonte el riesgo de una burbuja de alojamientos de este tipo, de efectos negativos para esas zonas si llegara a estallar.

Este es un fenómeno nuevo que requiere de más y mejor conocimiento del que aún tenemos sobre él, para saber que dimensión tiene, cuál es su morfología, como puede evolucionar y qué efectos pueden esperarse de él. Solo después de tenerlo se podrán tomar las decisiones que puedan encauzarlo para bien de todos y de él mismo.

* Instituto de Estudios Sociales Avanzados