El partido que gobierna en España se sentará por segunda vez en el banquillo por un asunto de corrupción. Conviene leer detenidamente esta frase porque, aunque a estas alturas estamos ya bastante curados de espantos, es una noticia de las que habría que digerir con una buena dosis de anestesia. El PP está pendiente de la sentencia del caso Gürtel, donde podría ser condenado como responsable a título lucrativo. Y ahora la Audiencia Provincial de Madrid ha decidido juzgar a esa formación política por la paliza que recibieron los discos duros de Luis Bárcenas. En este momento, el PP, su actual tesorera, su asesor jurídico y su anterior responsable informático están procesados por delitos de daños y encubrimiento.

Los hechos son los siguientes: Bárcenas, acosado por los escándalos de corrupción y después de desgañitarse describiendo la caja B, es expulsado en diferido de la sede de Génova. Con las investigaciones judiciales abiertas y mientras mostraban en público unas ganas incontenibles de colaborar con los tribunales, en el PP optan por borrar los ordenadores del extesorero. No borrar a nivel usuario, como haríamos usted y yo vaciando la papelera con el botón derecho. No, no. En el PP, poseídos por el espíritu de Thor, limpiaron los discos duros 35 veces, los rayaron y los rompieron. La secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, explicó que se limitaron a seguir «un protocolo nacional e internacional» y que el objetivo final era que los ordenadores estuvieran niquelados para otro empleado.

Yo he trabajado en varias empresas y nunca he visto a los informáticos jugar al fútbol con el disco duro en cuanto una persona se marcha por la puerta. A ver, no digo que en Génova no pueda pasar. La versión bachata del himno no se merece menos. Pero vaya, que al trabajador que iba a heredar los ordenadores de Bárcenas, si tenía nivel usuario, le bastaría con cambiar el salvapantallas de gatitos. Y si tan ahorradores son que se van pasando el material de generación en generación, no veo la necesidad de destrozar los discos duros a mamporros. Salvo que esto sea lo que parece: miedo.

Bárcenas, convertido ya en experto estratega, primero denunció al PP ante los tribunales. Luego, repentinamente, retiró la acusación. Dio igual, porque la Audiencia de Madrid siguió adelante. Y ahora que tanto él como su mujer se enfrentan a penas elevadas en la Gürtel, el extesorero nos ha hecho saber que guardó copias de sus discos duros. Luis, qué fuerte. Puede ser que esta causa finalmente quede en nada. Sin embargo, en política tan importante es ser honrado como parecerlo. Y la dirección del PP ha gestionado todo lo que tiene que ver con Bárcenas a martillazo limpio.

* Periodista