La crisis en el seno de la Fundación Antonio Gala, producida tras la destitución fulminante de su directora, Elsa López , ha puesto de relieve la importancia que tiene para Córdoba una institución de estas características, así como la propia importancia de un escritor de la talla de Antonio Gala , que origina polémicas y levanta debates en torno a su persona. Tras el nombramiento de la nueva responsable de la Fundación, Concepción Martínez-Simancas , ruteña de vivencias y familia, se abre una nueva etapa donde parece que van a cambiar los conceptos en cuanto a financiación de este centro vital para la creación, donde la juventud juega un papel esencial. Lo importante de esta nueva etapa es que se mantenga el espíritu creativo de la casa-convento del Corpus Christi. Malestar, residentes divididos, malas caras, amenazas deben eliminarse, diluirse y el único que puede solucionarlo es el propio Antonio Gala, que debe mostrar su magnanimidad, ese es su papel, para darle carpetazo a las habladurías que se han extendido como el fuego tanto en Córdoba como en el resto de España. Una etapa nueva, donde quizás la nueva directora debe buscar patrocinadores que incentiven la actividad, ha de iniciarse para el próximo curso.